Vasco con 'V'
Con V, como voz, como valor, como vidente. Sólo Juaristi ha sido capaz de decir públicamente que los vascos somos unos chulos y cobardes. Pero esta proposición lapidaria y vertiginosa ha tomado un rumbo pacato y persuasivo cuando la ha desarrollado en su excelente ensayo El bucle melancólico. Porque es ciertamente el bucle de la melancolía nacionalista lo que ha inficionado al conjunto de la sociedad vasca: hoy ser vasco es estar constantemente preguntándose en qué consiste ser vasco, si ser vasco es ser español o no, si datamos antes que nadie o después de alguien, si llegaremos a ser lo que fuimos y si ya somos lo que debemos ser, pues de lo contrario dejaríamos de existir. Y esto que parece metafísica, es la enfermedad de la que hace el diagnóstico Juaristi y que aquí padecemos.
Se entendería más rápido si les tradujese del eusquera los párrafos esenciales de un libro que acaba de publicarse con el imprimatur y correspondientes subvenciones del Gobierno vasco, y que será el libro de apoyo a la historia vasca en nuestros colegios. Lo ha escrito un profesor universitario y se titula La civilización vasca. En busca de las raíces de nuestro pueblo. Sostiene el profesor que "nuestra historia sólo la han escrito nuestros enemigos y ya es hora de sostener el paradigma euskaldún a la hora de interpretar el pasado y el futuro, para hacer la historia que esté basada en nuestra identidad". "Somos una comunidad que resiste aquí desde hace 30.000 años", pero "para seguir vivos, hay que cerrarse a los de fuera", sostiene este profesor. Las tesis centrales del libro defienden que somos el único "pueblo indígena" de Europa, los únicos descendientes directos del Cromagnon y que los valores que nos han hecho durar, sin plegarnos a lo de fuera, son el territorio, la lengua, el panteísmo, el feminismo matriarcal y el trabajo en común (auzolan).
Leyendo la excelente prosa de El bucle de Juaristi resultará fácil y hasta entretenido entender por qué los dineros públicos subvencionan aquí estas necedades y desde cuándo y por qué no ha sido posible aquí estructurar una crítica literaria ni cultural. Porque aquí ningún historiador, ni antropólogo, ni arqueólogo, ni genetista criticará este libro u otros parecidos o mucho peores aún que ha producido el nacionalismo vasco.
Juaristi explica esta enfermedad de perder para ganar que es la melancolía. Juaristi ha elaborado un camino nuevo, narrativista, para entender cómo es posible una interpretación cultural de la sensibilidad vasca, dejando claro cuán estúpido pero popular es creerse que la solución del problema vasco es muy sencilla, pues estriba en salir más a menudo, como salgo yo, a andar en bicicleta con Fernández.
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