_
_
_
_

Un estudio europeo demuestra que se puede adelgazar sin prescindir del pan y el azúcar

Es posible perder peso aumentando los hidratos de carbono si se reducen las grasas

Los hidratos de carbono (el pan, las féculas, el arroz, la pasta y los azúcares) han sido consideradas hasta ahora la bestia negra en las dietas de adelgazamiento. Un estudio europeo ha demostrado que se puede perder peso aumentando un 10% el consumo de este tipo de alimentos, siempre que este incremento vaya acompañado de una reducción, en el mismo porcentaje, de la ingesta de grasas. El estudio demuestra, por primera vez, que con una una correcta proporción entre nutrientes en la dieta se puede controlar el peso sin necesidad de pasar hambre.

Más información
Sólo la pérdida lenta es duradera

El estudio, bautizado como proyecto CARMEN (Carbohydrate Ratio Management in European National Diets), cuestiona la eficacia de los "milagrosos" productos de adelgazamiento que inundan el mercado y de las dietas restrictivas de adelgazamiento, que, precisamente por introducir tantas limitaciones, son muy difíciles de seguir y suelen producir el denominado efecto yoyó, es decir, la rápida recuperación del peso en cuanto se abandonan. Y estas dietas pueden además comportar modificaciones del metabolismo que hagan aumentar el peso por encima del que se tenía antes de iniciarla.Los responsables de la investigación han demostrado que para reducir peso basta con modificar la composición de la dieta con el propósito de conseguir una correcta proporción entre grasas e hidratos de carbono. "Ante la inefectividad de los regímenes de adelgazamiento, modificar la correlación de alimentos en la dieta representa una solución práctica para un problema médico mundial, que afecta a 250 millones de personas de los países desarrollados o en vías de desarollo", aseguran los investigadores.

En España, según los estudios epidemiológicos más recientes, más de cinco millones de personas son obesas y padecen o están expuestas a patologías asociadas, como hipertensión o enfermedades cardiovasculares. Recientes estudios han demostrado también que el exceso de grasa provoca intolerancia a la glucosa y puede desencadenar diabetes.

Compensación

En la dieta de los españoles, la aportación calórica procede de las grasas en una proporción de entre el 38% y el 40%. Para conseguir una dieta ideal, este porcentaje debería reducirse en un 10% . El valor calórico de las grasas que son eliminadas tendría que compensarse con el mayor consumo de hidratos de carbono complejos (pasta, arroz, pan, legumbres) o simples (azúcares).La reducción del 10% de grasas se puede conseguir, por ejemplo, sustituyendo un producto de bollería en el desayuno por una tostada con mermelada. En el almuerzo, tomar un plato de pasta con salsa de tomate en lugar de mantequilla y un filete de pescado o carne cocido a la parrilla en lugar de freírlo. Para la cena, las verduras o las ensaladas, seguidas de una tortilla a la francesa constituyen un buen sustitutivo de unos huevos fritos, unos embutidos o un plato en salsa.

El proyecto CARMEN se desarrolló durante seis meses con la participación de 400 voluntarios de cinco países europeos (España, Reino Unido, Dinamarca, Alemania y Holanda). El equipo español que ha participado en el estudio ha sido dirigido por el doctor Xavier Formiguera, jefe de la unidad de trastornos alimentarios del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona. Durante el estudio, los 400 voluntarios investigados siguieron una vida normal y no tuvieron que reducir el número total de calorías ingeridas habitualmente. Un primer grupo de voluntarios siguió una dieta con un 30% de energía procedente de la grasa -un 10% menos de la que tomaban habitualmente- reemplazando este porcentaje por hidratos de carbono complejos.

Un segundo grupo siguió también una dieta baja en grasas, aunque compensó la disminución de energía con un 5% procedente de hidratos de carbono simples y un porcentaje idéntico procedente de azúcar o alimentos azucarados.

Un tercer grupo continuó con sus hábitos alimentarios habituales, con una ingesta de calorías procedentes en un 40% de las grasas.

Después de seis meses, los voluntarios de los dos primeros grupos habían perdido entre 1.200 y 1.800 gramos, además de reducir los niveles de colesterol total. Esta pérdida de peso se sustentó, fundamentalmente, en una disminución de la masa grasa corporal. Las personas que no modificaron su hábitos alimentarios, en cambio, aumentaron de peso.

Formiguera destacó ayer el carácter revolucionario del estudio: "El malo de la película en las dietas de adelgazamiento ha sido hasta hoy el pan y todos los demás alimentos ricos en hidratos de carbono. El estudio demuestra que esto no es cierto", afirmó.

Formiguera resaltó ayer que el proyecto es el primero que ha distinguido entre los hidratos de carbono simples y complejos. El resultado de la investigación demuestra que las grasas pueden sustituirse por cualquiera de los dos tipos de hidratos de carbono, ya que los voluntarios que aumentaron la ingesta de azúcares perdieron tanto peso como los que sustituyeron las grasas por arroz, pastas, pan o legumbres. La clave está en reducir la proporción de grasas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_