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La crisis rusa afectará dramáticamente a los principales mercados agrícolas de la UE

Xavier Vidal-Folch

La crisis financiera rusa afectará dramáticamente a los principales mercados agrícolas europeos, sobre todo el de vacuno. Las exportaciones de la Unión Europea a Rusia suponen como media más del 30% de las ventas al exterior en las grandes producciones. Su súbita interrupción prefigura la necesidad de adoptar medidas excepcionales. Así lo indica un informe confidencial del comisario de Agricultura, Franz Fischler, al que ha tenido acceso EL PAÍS. El informe, elaborado el pasado día 8 de este mes, no ha sido hecho público todavía.

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La lectura del informe confidencial supone un ilustrativo contrapunto a las declaraciones oficiales según las cuales cada nueva crisis en algún lugar del mundo tiene en Europa sólo "un impacto limitado".En efecto, la crisis financiera rusa, a la que se le suma la introducción de precios mínimos de importación y el reciente y "sustancial" aumento de los derechos sobre la importación, "tendrá graves consecuencias para el equilibrio de varios de los mercados agrícolas comunitarios", especialmente aquellos exportadores en que la cuota rusa es importante, indica el texto. "La reducción de la demanda desde Rusia registrará un impacto sustancial en los precios comunitarios y puede desencadenar demandas de intervención, de reembolsos a la exportación o ambas; esto afectaría, desde luego, al presupuesto de la UE", augura. El 48% de este presupuesto se dedica a subvencionar la agricultura.

Ocurre que Rusia es el segundo importador de productos agrícolas de la UE, desde 1995 a 1997, sólo superado por EEUU. Y ha mostrado un crecimiento geométrico, al multiplicar por cuatro sus compras: desde 1.300 millones de ecus en 1992 (218.000 millones de pesetas) a 5.300 millones (880.000 millones de pesetas) en 1997.

Esta importación ha servido para compensar la continua caída de la producción doméstica rusa, que desde 1990 a 1996 se ha reducido un 36%. Ello ha sido debido, indica el informe, tanto a la ausencia de reformas económicas como al descenso del poder adquisitivo, que ha provocado un debilitamiento de la demanda, especialmente la de productos derivados de la ganadería.

El impacto inmediato de la crisis del rublo supuso, según constataban los autores hace una semana, la "completa interrupción" de los flujos comerciales, salvo unas pocas excepciones. No esperaban su restauración hasta una estabilización creíble del tipo de cambio de la divisa.

A corto plazo debería continuar necesitándose la importación, porque la producción animal "sigue reduciéndose" y "la cosecha de patatas, una importante fuente de nutrición para los rusos, parece ser catastróficamente baja (...) Sin embargo", cuando se estabilice la situación financiera, ocurrirá que, más que recuperar las importaciones, descenderá el nivel de compra: "La situación se caracterizará por un grave descenso del consumo", prevé el informe, sobre todo en los productos de lujo y de alta calidad. Por sectores exportadores de la UE, las previsiones del documento son:

Drama en el vacuno. Es donde más se dejará sentir la crisis rusa, pues 427.000 toneladas, el 41% de la exportación comunitaria del subsector, fue a parar a Rusia en 1997. Los excedentes europeos ascienden hoy a 580.000 toneladas, por lo que posteriores reducciones de las importaciones desde Moscú prefiguran un panorama dramático: "Los precios de mercado se derrumbarán y los productores comunitarios sufrirán una crisis que en el peor escenario provocará consecuencias tan preocupantes "como la crisis de las vacas locas.

Gravedad para el cerdo. Las exportaciones a Rusia suponen el 31% del total de las ventas europeas al exterior. La producción comunitaria está a tope. Aunque el consumidor ruso se pase desde la ternera al cerdo, más barato, la calidad de la carne demandada "será inferior". La reducción de exportaciones presionará contra el equilibrio del mercado. Al aumentar las existencias, "los precios caerán todavía más desde un nivel ya excepcionalmente bajo" de 117,8 ecus los 100 kilos.

El pollo, afectado. La UE destina a Rusia el 29% de sus exportaciones de pollo. "A corto plazo, éste es un mercado muy adaptable, por lo que no habrá tragedias. Pero a más largo plazo, si la crisis empeora, también el pollo puede quedar gravemente afectado".

Lácteos, menor problema. Los Quince colocan en Rusia el 38% de sus exportaciones de mantequilla y el 30% de la de quesos. Como es un mercado de demanda, no quedarán muy tocados, aunque no se excluye que los lácteos "queden afectados" a medio y largo plazo.

Además de las consecuencias sectoriales, el informe resume otros impactos indirectos de esta crisis. Una profundización de la misma derrumbaría los mercados mundiales, afectando de rebote (además de directamente) a la Unión Europea; incrementaría la presión para acceder al mercado europeo "en forma de mayores concesiones arancelarias", y, al perjudicar también a otros competidores de la UE, "sobre todo a Estados Unidos", éstos buscarán mercados alternativos en Oriente Próximo y Asia, lo que "reduciría" las "posibilidades exportadoras" para los productores europeos.

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