El colapso financiero
Las presiones que venían sufriendo los mercados financieros de Rusia desde octubre de 1997 se han intensificado en los últimos meses, convirtiéndose en la crisis financiera más seria desde 1991, según considera el Servicio de Estudios de La Caixa. En el pasado mes de mayo, el Banco de Rusia tuvo que elevar el tipo de interés oficial hasta el 150% para defender el rublo y la Bolsa, que entonces ya había caído un 51% desde principios de año. Rusia se vio obligada a pedir ayuda internacional, y el 20 de julio, una vez que el presidente Yeltsin accedió a poner en marcha un plan para corregir los desequilibrios fiscales y acelerar las reformas, el FMI otorgó a Rusia el primer tramo de un préstamo de respaldo financiero por valor de 11.200 millones de dólares.Pero esa ayuda no pudo frenar la crisis, acentuada por la caída de los precios del petróleo y por los elevados tipos de interés. El pasado 17 de agosto se permitió al rublo flotar entre 6 y 9,5 unidades por dólar (frente a las 7,3 anteriores), lo que supuso una devaluación de hasta el 34% y, además, se estableció una moratoria de tres meses para el pago de la deuda exterior.
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