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La laringitis de Jagger obliga a los Rolling a suspender también su concierto de Bilbao

Unas 40.000 personas se quedan sin celebrar en San Mamés el centenario del Athletic

Esta vez fue la laringitis que sufre Mick Jagger lo que obligó ayer a suspender el concierto que los Rolling Stones debían ofrecer esta noche en el estadio de San Mamés de Bilbao, con 40.000 entradas vendidas a 7.000 pesetas cada una. Los médicos que atendían al cantante de los Rolling recomendaron que Jagger no forzara sus cuerdas vocales en la que iba a ser la segunda actuación europea de su gira tras el concierto del sábado en Núremberg. El nuevo tropiezo de los Rolling Stones impide al Athletic celebrar el cierre de la conmemoración de su centenario. El club no había decidido ayer sobre un posible cambio de la fecha del concierto o su cancelación.

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Un amante del arte

La amenaza de cancelación que planeaba sobre el recital tras conocerse el martes que una afección de garganta impedía al líder del grupo británico cumplir con su compromiso en Milán se convirtió en realidad a primeras horas de la tarde de ayer. Las expectativas ante el concierto de los Stones habían crecido con las consecutivas anulaciones de otras actuaciones previstas en su gira por Europa. Los problemas fiscales llevaron al grupo a decidir que no tocaba en Gran Bretaña. Después de un accidente doméstico sufrido por el guitarrista Keith Richards -una caída cuando intentaba alcanzar un libro en la biblioteca de su casa de Conneticut- obligó a retrasar la actuación de Barcelona al 20 de julio y a suspender la de Gijón. El pasado martes una laringitis de Jagger acabó por complicar irremediablemente el futuro del tour. La inflamación de la garganta del cantante de la banda impidió que se celebrara el concierto del estadio milanés de San Siro. Jagger estaba ayer en Londres, mientras sus compañeros Keith Richards, Ronnie Woods y Charlie Watts aguardaban la evolución de su enfermedad en San Sebastián.Las circunstancias que precedieron al concierto multiplicaron el interés por la cita de Bilbao. Hasta mediodía de ayer los promotores tenían plena seguridad en que el recital podía celebrarse. Estaba prevista la llegada del líder de los Rolling al aeropuerto de Sondika, cerca de Bilbao, durante la tarde. La noticia de la cancelación llegó oficiosamente a la sede del Athletic horas antes de que un fax acabara con todas las dudas: el médico de Jagger recomendaba a su ilustre paciente que no se sometiera a la prueba de cantar durante dos horas en un estadio de fútbol.

Noche de juerga

Los otros tres componentes del grupo pernoctaron el martes en el Hotel María Cristina de San Sebastián. Allí amanecieron después de una noche de juerga y tras haber ingerido grandes cantidades de whisky. La visita turística que tenían preparada para recorrer zonas del País Vasco no contó con muchos votos del equipo y tan sólo el batería, Charlie Watts, decidió trasladarse a Bilbao para contemplar el Museo Guggenheim.Los Rolling no deseaban ser vistos y mucho menos que alguien se acercase hasta la planta que tenían alquilada para dos noches en San Sebastián. Los guitarristas Ronnie Wood y Keith Richards, durante su estancia en el hotel, mantuvieron guardias de seguridad en las puertas de sus habitaciones. Y eso que no se permitía el acceso a las dependencias del María Cristina salvo que se tuviese una habitación reservada. Los músicos no despertaron pasiones entre sus seguidores. Sólo fotógrafos y periodistas se arremolinaban en las proximidades de hotel .

Sus excentricidades comenzaron a notarse cuando solicitaron a la dirección del hotel 300 toallas de algodón blanco y a las cinco de la mañana de ayer pidieron caviar y whisky para continuar con la fiesta que habían iniciado la noche anterior con máquinas de vídeo-juegos incluidas. Los Rolling tenían un camarero del hotel exclusivamente destinado a responder a sus peticiones. Los tres componentes de la banda vinieron acompañados de su propio equipo de cocineros y los alimentos que les gustan. A las 19.30 de ayer los tres músicos continuaban registrados en el hotel, a la espera de tomar su avión privado y abandonar el País Vasco.

Riesgos económicos

El capítulo de los riesgos económicos generados por la suspensión del concierto centraba ayer las preocupaciones de los organizadores. El presidente del Athletic, José María Arrate, mantuvo por la tarde una reunión en San Mamés con los directivos responsables de los actos de conmemoración del centenario y los promotores de la gira Bridges to Babylon. Según fuentes oficiales del club, los seguros cubrirán las pérdidas económicas y sus cuentas «no se resentirán por los gastos de preparación del concierto». El coste de la presencia de los Rolling ascendía a unos 400 millones de pesetas. La versión oficial del club, sin embargo, maneja una cifra sensiblemente inferior.La decisión sobre el futuro de la cita quedó pendiente. Si la actuación de Bilbao se aplaza a septiembre, chocaría con los intereses deportivos del club . A la espera de concretar si los Rolling Stones vuelven a la capital vizcaína, la organización ha dejado en suspenso la puesta en marcha de las medidas para la devolución del importe de las entradas.

El club quiso reunir «lo mejor de la lírica, lo mejor del fútbol y lo mejor del rock» y contrató a Luciano Pavarotti, a la selección de Brasil y a los Rolling Stones. Pavarotti se enfrentó a una tormenta y Brasil sólo consiguió empatar en San Mamés.

La expectación por el concierto de los Rolling fue creciendo al tiempo que se iban anulando los conciertos de la gira europea y consiguieron vender casi 40.000 entradas, la práctica totalidad del aforo del campo. Al anochecer de ayer, los técnicos que horas antes trabajaron en la instalación del escenario comenzaban a desmontarlo.

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