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Un poema presentado como inédito provoca la controversia

La presentación de un poema de Federico García Lorca desconocido hasta ahora, titulado Casida del niño triste del Mauror , provocó ayer la controversia entre los expertos y estudiosos que asisten en Granada al congreso internacional Clásico Moderno (1898-1998) . El secretismo sobre el origen del manuscrito, el anonimato de su poseedor o el hecho de que ni siquiera se mostrase una copia facsímil hicieron que los conocedores de la obra lorquiana se inclinasen hacia la duda.El poema fue presentado por la profesora María Luz Escribano Pueo, de la Univesidad de Granada. Escribano se negó a ofrecer detalles de cómo había llegado hasta sus manos. También se negó en redondo a ceder una copia.

Según explicó, el poema está fechado en 1927, y podría pertenecer al libro Diván del Tamarit (Lorca siempre usó la palabra diwan, que en árabe significa «colección de poemas»), sobre el que el poeta trabajó intensamente a partir de 1934. Firmado con el nombre y los dos apellidos, junto al poema, de 17 versos, aparece el dibujo de una nube con lluvia unida por un trazo a una flor y dos limones. Los versos no presentan ninguna tachadura, algo poco corriente en sus manuscritos.

Revisión

Escribano comentó que la creencia generalizada es que García Lorca se había puesto a trabajar en Diván del Tamarit a raíz de la publicación de Emilio García Gómez del libro Poemas arábigo-andaluces, en 1930, en donde se recogen las casidas y las gacelas, que son las composiciones poéticas que utiliza Lorca. «La fecha de 1927», señaló Escribano, «obliga ahora a revisar todo lo anterior».El poema, que presenta bastantes similitudes temáticas y formales con la Casida del herido por el agua, sí incluido en Diván..., fue acogido con enorme recelo por Manuel Fernández-Montesinos, sobrino de Lorca y responsable de su fundación. «Me extraña que si Lorca se decide a publicar el libro en 1935 y se preocupa de recoger todos los poemas, ordenarlos, reestructurarlos y hasta cambiar los títulos, no mencionase éste para nada. También es posible que decidiera desecharlo».

Ante la negativa de la profesora a identificar al poseedor del manuscrito, de quien dijo que tenía más, entre ocho y doce, Montesinos fue rotundo: «El papel puede ser suyo, pero el contenido no, porque eso es propiedad de los herederos, y no se puede disponer libremente de ese poema. Si lo que quiere el poseedor es que el manuscrito tenga valor, la mejor manera es dándolo a conocer», dijo.

Andrew Anderson y Mario Hernández, dos de los mayores expertos en Lorca, se inclinaron más hacia la falsificación. «Si está firmado y sin tachaduras es que se trata de una copia en limpio, previamente corregida», dijo Anderson, «y la estructura interna presenta muchas inconsistencias». Para Hernández, además de dudoso, el poema «es malo». Otra duda que presenta la fecha es que en 1927 Lorca ya estaba interesado por el surrealismo.

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