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La industria tabacalera de EE UU se retira del pacto que le hacía indemnizar al Estado

Las empresas rompen incluso el acuerdo de principio negociado el año pasado

Steven Goldstone, presidente de R. J. Reynolds, una de las mayores empresas tabacaleras de Estados Unidos y del mundo, anunció ayer en Washington que considera "muerto" el acuerdo inicial alcanzado el pasado año entre el sector y los poderes públicos. Las otras cuatro grandes empresas, incluida Philip Morris, señalaron que comparten esa opinión. La causa de la ruptura es la hostilidad de la clase política norteamericana hacia el sector tabacalero, reflejada, según Goldstone, en el proyecto de ley presentado la pasada semana en el Senado.

R. J. Reynolds, fabricante de Winston y Camel, rechazó ayer definitivamente el proyecto de ley impulsado por el senador de Arizona John McCain. Otras cuatro grandes empresas, incluida Philip Morris (Marlboro), ya habían denunciado la iniciativa, aprobada en el comité de Comercio del Senado y que debe ser puesta a votación del pleno a finales de mayo o comienzos de junio.Según el proyecto de McCain, la industria deberá pagar a lo largo de los próximos cinco lustros un total de 78,4 billones de pesetas (516.000 millones de dólares) en concepto de indemnizaciones por los daños causados a la salud pública. McCain también desea que las cajetillas de cigarrillos sean sometidas a impuestos más altos, para disuadir el consumo juvenil. Propone en concreto una nueva tasa de 1,10 dólares por cajetilla.

La gran novedad del discurso de ayer de Goldstone en el Club Nacional de Prensa de Washington estribó en que no sólo criticó el acuerdo de la comisión del Senado, sino que también calificó de "muerto" el pacto de principio alcanzado el pasado año entre el sector y los fiscales generales de 40 Estados norteamericanos. Hasta ahora, la industria se negaba a apoyar iniciativas como la de McCain, insistiendo en que lo que el Congreso debía hacer era transformar en ley el acuerdo que suscribió con los 40 Estados el 20 de junio de 1997.

Según aquel pacto, la industria se comprometía a pagar una indemnización de sólo 57 billones de pesetas (368.000 millones de dólares) en los próximos cinco lustros a cambio de que las autoridades impidieran futuras demandas por daños a la salud pública. Pero el proyecto de McCain incrementa esa indemnización y reduce la inmunidad de la que quieren disfrutar las tabacaleras.

"Hostilidad"

Goldstone dijo ayer que R. J. Reynolds considera que el acuerdo de junio de 1997 ha sido aplastado por la actitud de "hostilidad" hacia la industria tabacalera mostrada por la Casa Blanca y el Congreso. Las otras cuatro grandes empresas firmantes del acuerdo nacional del pasado año comparten esa posición y ayer se aprestaban a anunciar la decisión de retirarse del pacto del pasado año."Espero que R. J. Reynolds reconsidere su actitud", declaró ayer en Chicago el presidente norteamericano Bill Clinton al conocer la noticia del discurso de Goldstone. "No creo que R. J. Reynolds o cualquier otra empresa tenga mucho que ganar rompiendo el pacto del pasado año", añadió. Clinton exhortó al sector a cooperar con el proyecto de ley del senador McCain. "He estado trabajando en este asunto en los últimos dos años y no pretendo parar ahora", dijo. "Creo que tenemos una excelente ocasión de aprobar una buena legislación que reduzca de modo significativo el tabaquismo entre los jóvenes y salve muchas vidas".

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