Las dosis altas de vitamina C dañan el material genético
La vitamina C es importante para el desarrollo de los huesos y los dientes, para la piel y las encías, para la cicatrización y para el sistema inmune y, por supuesto, para prevenir el escorbuto. Tiene muchos fans, incluido el ya fallecido premio Nobel Linus Pauling, quien sostenía que en altas dosis podía prevenir el cáncer, los resfriados y las enfermedades cardiovasculares. Pero una investigación dada a conocer hoy en la revista científica Nature arroja serias dudas sobre la efectividad de esta vitamina a altas dosis.lan Podmore y sus colegas, de la Universidad de Leicester (Reino Unido), han descubierto que una dosis diaria de 500 miligramos de vitamina C (ácido ascórbico) puede producir daños en el material genético, el ADN. La dosis normal diaria recomendada es de 60 miligramos, pero las altas dosis son corrientes en los suplementos vitamínicos a la venta. Un comprimido de Redoxon, la marca comercial más difundida de vitamina C, contiene 1.000 miligramos de ácido ascórbico.
Esta vitamina se considera un complemento por sus propiedades antioxidantes. Los subproductos reactivos de la actividad celular normal pueden dañar el material genético y las proteínas. Las mutaciones pueden producir cáncer, artritis reumatoide y arteroesclerosis, entre otras enfermedades.
Voluntarios
Las altas dosis indican no sólo que actúan como agente antioxidante, sino que puede tener las propiedades opuestas y actuar como oxidante. Podmore y sus colegas han llegado a esta conclusión tras un estudio con 30 personas voluntarias sanas que tomaron 500 miligramos diarios de vitamina C como complemento durante seis semanas.Los compuestos químicos que forman el ADN cambian de modo muy característico tras el daño producido por oxidación. Durante el periodo en que los voluntarios tomaron el complemento de vitamina C, los niveles del compuesto 8-oxoguanina cayeron, lo que sostiene la visión tradicional de que la vitamina C protege frente al deterioro del material genético.
Pero Podmore y su equipo también lograron medir las concentraciones de, otro compuesto, 8-osoadenina, cuyos niveles aumentaron como resultado de la ingestión de la vitamina hasta aproximadamente duplicarse, lo que es un signo seguro de deterioro del ADN.
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