El presidente de Chile propone un plebiscito para acabar con los senadores designados

El Gobierno chileno intentará eliminar las ataduras al sistema democrático que dejó como herencia la dictadura, con una reforma de la Constitución que permita someter a plebiscito esos mecanismos que hasta ahora no se han podido derogar, según anunció el presidente Eduardo Frei en un discurso radiotelevisado en la noche del viernes. La mayor traba antidemocrática es la presencia de 10 senadores designados, entre ellos el general Augusto Pinochet, en una Cámara alta de 48 miembros, que deja en manos de la oposición conservadora el poder de veto en el Legislativo.

Junto con el anuncio de un plan de mayor gasto social para los últimos dos años de su Gobierno, Frei afirmó que la intransigencia de algunos miembros de oposición "ha producido un verdadero inmovilismo" en materia de reformas constitucionales. Para superar esta barrera, el presidente propondrá al Congreso "una solución inobjetablemente democrática", consistente en ampliar las posibilidades de plebiscito y resolver así las discrepancias."Si no podemos arribar a acuerdos, como ha sucedido hasta ahora, entonces dejemos que el pueblo decida", sostuvo Frei, quien subrayó: "No podemos seguir paralizados por visiones del pasado que frenan el avance de nuestra democracia".

La posibilidad de esquivar con un plebiscito el rechazo del Senado en el que tropiezan siempre las propuestas de reformas democráticas a la Constitución es una iniciativa que el centro y la izquierda acariciaban hacía años. Desde que se anunció la incorporación al Senado de Pinochet, diversos grupos están recogiendo firmas en las calles para apoyar un plebiscito y ayer los partidos del Gobierno de centro izquierda acogieron favorablemente la fórmula.

Sin embargo, para ampliar las posibilidades de una consulta plebiscitaria a materias constitucionales, es necesaria una reforma previa de la Constitución, que debe aprobar el Parlamento. Sectores duros de la derecha rechazaron ayer esta iniciativa, porque constituye una concesión a la izquierda y un cambio del régimen democrático, estableciendo la "democracia directa".

De sumarse, como es probable, la negativa de la mayoría de los senadores designados a ampliar el plebiscito, la iniciativa tiene escasas posibilidades. Sólo podrá ser aprobada si el Gobierno negocia con los sectores más liberales de la derecha. Un argumento que pesa a favor es que el más probable candidato de la derecha pinochetista a las presidenciales de 1999, el alcalde de la lujosa comuna (barrio) de Las Condes, Joaquín Lavín, ha realizado plebiscitos comunales para resolver controversias, dando así legitimidad al mecanismo.

Por otra parte, la comisión parlamentaria que debe recomendar o no ante el plenario de la Cámara de Diputados el juicio político a Pinochet se reunió ayer para escuchar a los diputados acusadores. El senador Pinochet fue notificado formalmente el viernes de los cargos. La comisión rechazó una solicitud de la defensora de Pinochet para suspender su trabajo hasta no oír primero los descargos.