Un continuista

A diferencia de quien es hasta hoy su superior, el sucesor del general Augusto Pinochet en la comandancia en jefe del Ejército de Tierra, el general Ricardo Izurieta Caffarena, sólo tendrá el bastón de mando durante cuatro años, y no los casi 25 que lo retuvo el ex dictador. Izurieta, de 54 años, descendiente de vascos, hijo de general y proveniente de una familia en la que se cuentan 17 militares, entre ellos un ex comandante en jefe del Ejército, es el relevo generacional del arma. Por edad casi podría ser hijo de Pinochet, pues es 28 años menor.No es un hombre lejano a Pinochet. Al contrario, Izurieta admira a quien hasta hoy conduce el Ejército, y recibió la condecoración "misión cumplida", concedida a los más leales durante la dictadura.

Fue seleccionado para encabezar el Ejército el año pasado por el presidente Eduardo Frei, a pesar de que era el octavo según el orden de antigüedad, lo que significó el paso a retiro de todos los generales que le precedían. Desde el punto de vista del Gobierno, Izurieta tendrá la compleja labor de conducir una transición en su arma hasta llegar a una institución que los chilenos perciban como profesional.

Ya sobrevivió a un difícil periodo de más de cuatro meses, en que todos sabían que era el futuro comandante, pero estaba subordinado a Pinochet. Lo hizo con una característica que todos los que le conocen resaltan: discreción y reserva, sin hablar públicamente en ningún momento, y sólo preocupado de sus tareas profesionales.

Superó esta etapa con una herida. Su firma estuvo con la de otros 44 generales que nombraron a Pinochet como jefe "benemérito de la institución". Esta controvertida e inédita nominación honorífica, aunque no tiene connotación práctica, fue un mensaje que extendió de manera clara el respaldo del Ejército a Pinochet para su periodo como senador, que comienza mañana.

Casado y con tres hijos, el golpe militar de 1973 le sorprendió como capitán en el regimiento de coraceros. Las organizaciones de derechos humanos no conocen de alguna participación directa de él en los atropellos cometidos por la dictadura. Las dos veces que ha sido agregado militar le facilitaron su ascenso posterior. Durante el régimen militar, en 1987, fue agregado en Tel Aviv, y dos años después llegaba a la Subsecretaría de Guerra. Durante el Gobierno del presidente Patricio Aylwin fue designado jefe de la misión militar en Washington. Allí el actual Gobierno lo consideró como el mejor candidato para suceder a Pinochet. El entonces brigadier general Izurieta impresionó favorablemente por su currículo, actitud comedida y opiniones al embajador de Chile en Washington, John Biehl, quien lo recomendó al ministro de Defensa, Edmundo Pérez. Este último lo llevó a trabajar con él en el Estado mayor, y después, cuando estuvo convencido, se encargó de persuadir a Pinochet.

Pero piensa distinto por edad y talante. Además, su gestión se diferenciará de la del que hoy es su jefe: ayer se acabó el cargo de la vicecomandancia del Ejército, y después se terminará con el comité asesor del mando.