"Un juicio a Pinochet en Chile crearía un grave riesgo"
"Un juicio a Pinochet en Chile generaría una gravísima tensión, crearía un grave riesgo, de esto no hay duda. Y ésta es la razón por la que no se ha dado un paso así hasta la fecha", sostiene José Miguel Insulza, de 55 años, socialista y ministro de Asuntos Exteriores chileno, en una entrevista concedida a EL PAÍS el lunes. Un día después, en una decisión sin precedentes en Chile, el juez Juan Guzmán Tapia aceptaba a trámite la querella contra el ex dictador presentada por Gladys Marín, presidenta del partido comunista. En sus declaraciones, el canciller añade estas proféticas palabras: "Usted comprenderá que mañana un grupo de diputados chilenos o de ciudadanos comunes podría tomar las querellas de España, irse con un escrito ante la Corte Suprema y decir: "Miren, señores, en España dicen que en Chile han pasado todas estas cosas terribles. Les pedimos que las investiguen". Pero no lo hacen. Porque en este caso los jueces tendrían que investigar". Pues bien, ahora ya hay un magistrado chileno dispuesto a investigar, a partir de la querella del Partido Comunista, las violaciones de los derechos humanos en el régimen de Pinochet.
Insulza reitera la conocida posición de rechazo del Gobierno chileno hacia la causa por genocidio contra Pinochet que instruye en España el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón. "No es legítimo que un tribunal cuya competencia está radicada en un país extranjero se permita juzgar los asuntos acontencidos en otro país". Pero puntualiza: "Esto no me ha llevado nunca a defender al general Pinochet. Yo no he enviado nunca un escrito para defenderlo, ni admitiría jamás que un abogado lo presentase". El ministro discrepa de la competencia española, pero no del hecho de que haya que juzgar a Pinochet. "Este es otro problema. Podría juzgársele en Chile. Yo llamé la atención sobre una falsedad que se dijo en España, en el sentido de que no podía ser juzgado en Chile porque se había autoaplicado la ley de amnistía. Salvo el general Gustavo Leigh [ex miembro de la primera Junta Militar tras el golpe] ninguna de estas personas [máximos dirigentes de la dictadura] ha sido acusada ante un tribunal de justicia, por lo que no ha sido necesario que ningún juez le aplique la ley de amnistía de 1978."
El canciller chileno estima que la iniciativa de cinco diputados democristianos de proponer una acusación constitucional contra Pinochet para impedir que ocupe su escaño de senador vitalicio "es un error", porque "será derrotada en el Senado" y porque es lo que se pactó "entre todos" en la transición, "que en el 89 a todo el mundo le parecía genial y ahora no gusta". Para Insulza, "el general Pinochet es una persona que siempre ha dividido el país. Buenos chilenos y malos chilenos, como sectores relativamente irreconciliables. Ésta fue la política oficial y esto ha marcado mucho a este país. Cada vez que el general Pinochet hace una declaración despierta fuertes pasiones de una y otra parte. Pero no creo que a estas alturas se trate de una figura central de la vida política nacional". ¿El poder del ex dictador? "No he visto nunca al presidente de la República tomar una decisión teniendo en cuenta la cuota de poder del general Pinochet". El problema de fondo es que "ninguno de los protagonistas y actores de esa cosa terrible que fue el 11 de septiembre de 1973 ha derramado una lágrima por lo que hicieron. Eso es real y es lo que explica las actitudes que ahora vemos. Soy el primero en reconocer que existen detrás de todas estas cosas sentimientos y dolores legítimos, que no van a desaparecer hasta que no ocurra un acto de verdadera reconciliación. Por ejemplo, el hecho de que no lía habido quórum en el Senado para derogar el 11 de septiembre como fiesta nacional, y que hay quien la celebra. Si las actitudes de la derecha política cambiaran, estas cosas serían más fáciles de manejar".
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