El Congreso de EE UU decidía esta madrugada sobre la 'vía rápida'

La Cámara de representantes de Estados Unidos debatía anoche la concesión al presidente Bill Clinton del privilegio denominado fast track (vía rápida) a la hora de negociar acuerdos comerciales con países de América Latina y otras áreas. La votación estaba prevista para las nueve de la noche hora local (las tres de la madrugada hora peninsular española), pero desde antes del debate Clinton reconoció que no estaba seguro de disponer de una mayoría parlamentaria suficiente. La mayoría de sus correligionarios demócratas seguían sin apoyarle.

La aprobación del fast track necesita el voto de 218 de los 435 miembros de la Cámara de Representantes, pero la Casa Blanca sólo contaba con el respaldo seguro de 150 republicanos y medio centenar de demócratas.

Clinton pasó el fin de semana intentando convencer a los congresistas demócratas de que, si no se aprueba el fast track EE UU perderá una "oportunidad histórica" para expandir el libre comercio por toda América. Ese privilegio supone que el Congreso se compromente a no enmendar los acuerdos comerciales con terceros países suscritos por la Casa Blanca, sino tan sólo a aprobarlos o rechazarlos en bloque y sin demora.

Los congresistas demócratas insistían en que EE UU no debe desmantelar las barreras frente a países latinoamericanos descritos por los sindicatos como explotadores de la mano de obra y por los ecologistas como destructores del medio ambiente. Clinton desea usar el fast track para incorporar a Chile al Tratado de Libre Comercio, firmar acuerdos comerciales con otros países latinoamericanos y promover el Área de Libre Comercio de las Américas, una idea aprobada hace tres años en la cumbre continental de Miami.