García Márquez se declara discípulo de Alvaro Mutis

"La obra literaria de Alvaro Mutis es mejor que la mía", aseguró ayer en Oviedo su compatriota y amigo el escritor colombiano Gabriel García Márquez. "Yo sé que Mutis dice que soy su maestro pero eso lo dicen todos los maestros de sus buenos discípulos".

El premio Nobel de Literatura expresaba así su reconocimiento a la talla intelectual y literaria del creador de Maqroll el Gaviero, a quien le une una estrecha amistad pese a sus evidentes diferencias ideológicas. García Márquez viajó a Oviedo con el único propósito de ser testigo de excepción de la entrega a Mutis del Premio Príncipe de Asturias de Las Letras, como ya hiciera en 1994 cuando el galardón recayó en el novelista mexicano Carlos Fuentes.

En un discurso de añoranzas por los orígenes y de voluntariosos propósitos de defensa del individuo y los pueblos frente al afán uniformador de las tecnologías y la masificación, Mutis advirtió de los riesgos y los costes de "ese averno devorante que han dado en llamar la modernidad" y propuso recuperar el legado histórico y cultural de los pueblos de España y América como compendio de valores que salven la individualidad de una aplastante globalización.

Conciencia mítica

"Españoles e iberoamericanos dijo Mutis con tono esperanzador, "somos dueños aún de una conciencia mítica destinada a preservar nuestra condición de individuo?, por más que, como recordó ayer el Príncipe de Asturias con palabras de Gabriel García Márquez, "la obra completa de Álvaro Mutis, su vida misma, es la de un vidente que sabe a ciencia cierta que nunca volveremos a encontrar el paraíso perdido"."Asistimos", señaló Mutis, "a la vertiginosa agonía de todos los principios y certezas que han signado durante milenios la conducta del hombre, cuyo perfil como persona va cobrándose paulatinamente y es reemplazado por el fantasma que intenta imitarlo en la brumosa pantalla electrónica".

"Es así", a juicio del premio Príncipe de Asturias de las Letras, "cómo estos nuevos medios de una pretendida comunicación, puestos al servicio de una sociedad de consumo, de cada día más vasto y asolador alcance, conspiran para anular la noción de individuo y la existencia misma de la persona, que casi nada cuenta ya y va a fundirse en esa masa informe que se mueve a impulsos de un hedonismo primario y de un afán cainita que invade cada vez con mayor saña todas las regiones del planeta". Actos como el de ayer, que reconocen la labor entusiasta de creadores de cultura, de ciencia o de concordia, constituyen un atisbo de ilusionada con fianza. Siquiera como "rito que sirve para exorcizar el asedio que nos amenaza", a juicio de Mutis. Con el Príncipe de Asturias de las Letras, señaló, "España me abruma con un honor" y al tiempo "me proporciona un bien y una certeza que ya daba por perdidos, en medio de mi destino itinerante".