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PRIMER CENTENARIO DEL GRAN CRONISTA DEL SUR DE ESTADOS UNIDOS

Atracción turística

Antes de que ganara el Premio Nobel, según subrayó ayer Mel Gussow en The New York Times, las gentes de Oxford tenían a Faulkner por un "excéntrico", "un tipo con escasos estudios, profesión desconocida y un curioso aire de superioridad". Pero desde el Nobel, y aún más desde su muerte, le consideran el hijo predilecto de esa localidad universitaria.Oxford, donde Faulkner tuvo su hogar la mayor parte de su vida, conmemora desde ayer y a lo largo de todo este fin de semana el 100º aniversario del nacimiento del escritor con lecturas, actuaciones teatrales, proyecciones de películas, actividades escolares, excursiones organizadas a su casa y fuegos artificiales. El disparo de salida lo dio el descubrimiento de la estatua de Faulkner frente al Ayuntamiento de la ciudad.

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La estatua, obra del escultor William Beckvith y en la que Faulker aparece sentado en un banco, con un sombrero en la cabeza y una pipa en la mano, en actitud de estar imaginando una de sus historias, ha provocado una gran polémica en Oxford. En primer lugar, la familia ha protestado recordando que el escritor siempre rehuyó cualquier tipo de fama o publicidad. "Quieren hacer de mi tío un atracción turística, un modo de ganar dólares", declaró recientemente Jimmy Faulkner, sobrino del escritor. En segundo lugar, varios grupos ciudadanos han puesto el grito en el cielo porque para hacerle lugar el Ayuntamiento ha cortado un árbol de magnolia allí situado desde tiempo inmemorial.

Celebraciones

Entretanto, en New Albany, la localidad natal de Faulkner, diez mil personas se congregaron ayer para el comienzo de tres días de celebraciones, animadas por grupos musicales de gospel, country y blues. Enfadados con Oxford por lo de la estatua, los familiares del escritor prefirieron participar en estos actos.

El resto de EE UU se sumó a la conmemoración. En Washington, el club Pen patrocinó una lectura del texto completo de El ruido y la furia por voluntarios y celebridades del mundo de la literatura y la comunicación. Y en Nueva York se anunció que, el lunes, un grupo de actores leerán textos de Faulkner en una velada organizada en el hotel Algonquin.

Pero quizá lo más divertido sea la fiesta pirata, con feria del libro, jazz a mansalva y degustaciones gastronómicas, que, desde ayer y hasta el domingo por la noche, le dedica Nueva Orleans al autor que allí escribió su primera novela, La paga de los soldados. En su discurso de aceptación del Premio Nobel, Faulkner dijo: "Creo que el ser humano no sólo resistirá, sino que triunfará". Por el momento, la obra y el recuerdo de Faulkner resisten.

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