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La OMC declara ilegal la prohibición de la UE de la carne con hormonas

La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha declarado ilegal la prohibición de nueve años establecida por la Unión Europea (UE) contra el tratamiento con hormonas de la carne de vaca. Un informe preliminar, aún no hecho público, declara ¡legal la prohibición comunitaria por no basarse, aduce, en razones científicas, según manifestaron el pasado jueves portavoces del Gobierno estadounidense.El informe es visto en EE UU como una victoria para su industria cárnica. En cualquier caso, EE UU y la UE tienen ahora un mes para revisar esa conclusión.

Expertos internacionales estiman que la OMC establece un importante precedente para derribar barreras comerciales, desde la certificación exigida por Japón para las manzanas extranjeras a los' reglamentos europeos para inspección avícola, ambas basadas en preocupaciones sanitarias. La postura de la OMC puede repercutir directamente en las potenciales disputas que el futuro traiga en relación con los productos agrícolas transgénicos, que afrontan obstáculos políticos similares a los de las hormonas cárnicas. Compañías estadounidenses comercializan ya maíz transgénico cuyas raíces resisten las plagas y soja resistente a los pesticidas: ambos productos han provocado una intensa oposición política en Europa.

Asimismo la decisión de la OMC puede forzar a EE UU a abrogar disposiciones legales sobre salud o medio ambiente, que gozan de apoyo popular, pero que no han sido rubricadas cientificamente ante ningún tribunal internacional.

El debate ante la OMC sobre las hormonas se centraba en si la prohibición de la UE se basaba en indicios científicos de que esas sustancias podrían dañar la salud. Los ganaderos estadounidenses emplean rutinariamente cinco hormonas, entre las que figuran la progesterona y la testosterona, con la finalidad de engordar el ganado y producir más leche. Según la OMC, no hay evidencia de perjuicios contra la salud, y las cinco hormonas fueron concretamente aprobadas por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Las reacciones de los expertos europeos ya han comenzado. "El problema con el acuerdo de la OMC es que no aporta nada a las medidas basadas en las preocupaciones de los consumidores", dice Stefan Tangermann, profesor de ciencias agrarias en la universidad holandesa de Gotinga. "Sólo sirve para medidas basadas en preocupaciones científicas".

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