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Espionaje del Sol con el satélite 'Soho'

Los expertos siguen día a día la evolución del astro desde el Centro Goddard, cerca de Washington

Mapas del interior del Sol, conocimiento de los mecanismos de aceleración del viento solar, las mejores imágenes del Sol, los experimentos más detallados y completos hechos hasta ahora de la estrella que nos da la vida desde una distancia de 150 millones de kilómetros: todo esto es lo que está consiguiendo Soho, un programa de la Agencia Europea del Espacio (ESA) y la NASA que tiene como objetivo conocer mejor el interior y el exterior del Sol y sus manifestaciones. El satélite Soho -acrónimo en inglés de Observatorio Solar y Heliosférico- fue lanzado el 2 de diciembre de 1995, se instaló en su órbita -el punto L1, situado a un millón y medio de kilómetros de la Tierra- el 14 de febrero de 1996 y está enviando datos desde mayo.El Soho tiene 11 instrumentos distintos que miden desde la radiación solar y las oscilaciones de luminosidad, como VIRGO -uno de los tres en los que ha participado España-, hasta los que siguen las huellas del viento solar, como LASCO.

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El investigador español Vicente Domingo, director científico del proyecto Soho, "una de las piedras angulares de la ESA", dice, coordina el trabajo de los distintos experimentos y del satélite. Medio centenar de personas trabajan directamente para Soho en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard, de la NASA, en los alrededores de Washington, pero más de 200 físicos de varias universidades y centros de investigación que contribuyeron al diseño y desarrollo de los instrumentos de observatorio espacial explotan también los datos. "Todo esto va a suponer", en opinión de Domingo, "un paso decisivo para entender el interior de nuestra estrella".

La inminente publicación de los primeros análisis de datos dará a conocer "progresos espectaculares en la comprensión del funcionamiento de la parte del Sol que está debajo de la superficie y en la que tienen origen los cambios en la actividad del Sol", añade Domingo. Los heliosismólogos, que estudian las vibraciones de la superficie solar, están obteniendo mapas espectaculares de las corrientes que circulan en esa zona. También se avanzará en el conocimiento de la estructura de la estrella.

El núcleo central

Ya se tiene el resultado de los análisis de la velocidad de rotación de las tres cuartas partes del interior del Sol. La última parte, el núcleo central, es más difícil de -alcanzar. Es el mayor reto para los heliosismólogos de Soho, y hará falta más de un año de datos continuos y de métodos de análisis que aún no están bien desarrollados.

"Para un físico solar como yo es apasionante estar en medio de lo que es la investigación puntera en este campo. Soy especialista en sismología solar, que se ocupa del interior del Sol, y creo que Soho va a suponer un paso definitivo para entender cómo es el interior de nuestra estrella", dice Luis Sánchez. Tiene 32 años, hizo su tesis doctoral en el Insti-tuto de Astrofísica de Canarias y es coordinador de datos científicos del proyecto.

Sánchez se entusiasma al describir la secuencia de una erupción solar fotografiada en el experimento LASCO: "Estarnos intentando determinar por qué hay cambios en la energía irradiada por el Sol, en qué ciclo, cómo ocurre... Si hay variaciones en la superficie, quiere decir que algo en el interior está cambiando e incluso una variación mínima puede tener mucha importancia para nosotros. Nuestras teorías las ponemos a prueba en el Sol y luego vemos si funcionan también en otras estrellas. El Sol es nuestro laboratorio particular".

En el limbo

En la sala central de Soho, una veintena de expertos toman nota de las últimas novedades y planifican el trabajo. Sánchez, el único español que trabaja en la misión en el Centro Goddard, además de Domingo, explica cómo es un día normal de trabajo: "La situación está bastante clara a estas alturas y sólo hay que estar atentos a lo que se salga de lo habitual. Por ejemplo, puede haber algún tipo de actividad especial o una dirección de masa coronal que detecte uno de los instrumentos de a bordo. Eso puede hacer cambiar el ritmo de alguno de los experimentos. Hoy no ha habido grandes cosas, pero sí es curiosa esta reacción activa en el limbo oeste del Sol, que es una estructura que se ve pocas veces, y hemos estado comentándolo".

El Soho proporciona datos continuamente. Durante ocho horas al día se reciben en directo y el resto se graban en series de cuatro o cinco horas cada vez.

Uno de los factores que más valora Sánchez dentro del proyecto es el conjunto de repercusiones que tiene el conocimiento de la actividad solar para la vida en nuestro planeta: "Creo que hay mucho en juego: es evidente que la relación entre la Tierra y el Sol es muy importante y cuanto mejor conozcamos nuestra estrella mejor sabremos cómo influye en muchos aspectos de nuestra vida, desde el clima hasta el funcionamiento de los satélites de comunicaciones".

¿Qué futuro tiene el Soho? Está previsto para durar dos años, "pero como queremos entender el ciclo solar, que tiene 11 años, y lo hemos lanzado en el momento de actividad mínima del ciclo, si estamos seis años observaremos el momento de actividad máxima, así que estamos planeando una extensión de cuatro años", dice Domingo.

Atmósfera de la estrella

El Soho va a proporcionar, señala Vicente Domingo, avances en el estudio cuantitativo de los fenómenos de la actividad de la atmósfera solar: pequeñas explosiones, plumas en los agujeros coronales, arcadas en forma de casco... Los instrumentos del observatorio miden los flujos, la temperatura, la composición y las ondas que se propagan a partir de esta actividad. Este estudio es esencial para comprender el fenómeno del calentamiento de la atmósfera del Sol, que pasa de 6.000 a un millón de grados cuando se sube desde la superficie hacia el exterior.Con el experimento LASCO por primera vez se observa y se mide de modo regular la aceleración del viento solar desde la emisión a unos cuantos kilómetros por segundo, hasta que alcanza los 400 kilómetros por segundo cuando está a más de 15 millones de kilómetros de distancia. "Dentro de unos meses tendremos una idea muy aproximada de cómo funciona este mecanismo gracias a los instrumentos que capturan los átomos ionizados del viento solar o a los que analizan la luz ultravioleta emitida a diferentes distancias de la superficie solar", dice Domingo.

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