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Codorniú interpreta la visita de Jordi Pujol como un apoyo en la guerra del cava

El Gobierno de la Generalitat catalana ha tomado partido en la guerra del cava. Ayer, coincidiendo con la presentación de los resultados de la firma propiedad de la familia Raventós, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y los consejeros de Presidencia, Xavier Trias, y de Agricultura, Francesc Xavier Marimon, acudieron a conceder una certificación de calidad al grupo Codorníu. En el acto, donde hubo una sutil mezcla de apoyos y presencias, Jordi Pujol reconoció: "Yo no acostumbro a asistir a este tipo de actos".Jordi Raventós, director general del grupo Codorníu, fue más explícito al interpretar que la presencia de Pujol, dos consejeros y un director general significaba "que dan un espaldarazo" a sus posiciones.

A pesar de que el presidente Jordi Pujol se mostró muy circunspecto al abordar el conflicto -"confiamos en que se resuelva bien"-, su presencia suponía un evidente apoyo a Codorníu, ya que daba un matiz de oficialidad al acto de presentación de resultados de la firma en plena guerra del cava.

Antes Jordi Raventós expuso claramente las posiciones, de Codorníu sobre el protocolo de acuerdo que debería cerrar la guerra del cava. "Nosotros dimos nuestra conformidad inmediatamente y, para sorpresa nuestra, Freixenet no hizo lo mismo", dijo.

Raventós consideró innegociable que para firmar el acuerdo de paz se incluya en él la polémica demanda sobre las botellas blancas o esmeriladas que Freixenet interpuso. "No es correcto que esta denuncia se quede fuera del acuerdo de retirada de todas las iniciativas judiciales", explicó Raventós.

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