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COMUNICACIÓN

Periodistas argelinos debaten en Madrid como proteger su trabajo

Omar Belhouchet, director del diario El Watan, se enfrenta diariamente, como otros muchos colegas suyos, al gran desafío que constituye ejercer el periodismo en Argelia. Belhouchet es uno de los 20 periodistas argelinos, del interior y en el exilio, que se han reunido en El Escorial (Madrid) con un grupo de observadores internacionales ligados a Reporteros sin Fronteras, para buscar formas de proteger su trabajo. Su diagnóstico: "Vivimos una situación dramática".

La primera sesión del foro Argelia: periodistas en un conflicto armado, organizado por la sección española de Reporteros Sin Fronteras, dejó claro que hay dos elementos adversos que preocupan muy especialmente a los profesionales de la información argelinos. Por una parte, la violencia terrorista, que se ha cobrado ya 57 víctimas mortales entre los periodistas desde 1993. De otra parte están las trabas políticas, administrativas y jurídicas que se imponen a la información.Los asesinatos, amenazas, coacciones, prohibiciones, suspensiones y secuestros de medios de comunicación han llevado al exilio a más de 200 informadores. Este panorama se agrava, además, por la dependencia económica de la prensa respecto al Estado.

"Pese a todo, los periodistas argelinos trabajan con una gran determinación; queremos desarrollar nuestro papel de forma honrosa y objetiva. La situación es muy delicada, pero estamos decididos a continuar con nuestro trabajo", dice Belhouchet.

Ser periodista argelino en el exilio tampoco es fácil. Así lo admite Ghania Mouffok, periodista independiente exiliada en Francia. "Admito un cierto fracaso y admiro a quienes tienen que decir todos los días 'estamos aquí en un contexto de violencia y de ausencia total de instituciones democráticas'. La desinformación es un arma al servicio de la violencia".

En el debate sobre Los periodistas víctimas de la violencia, moderado por Miguel Ángel Bastenier, subdirector de EL PAÍS, los periodistas argelinos llegaron a la conclusión de que no se ha producido una guerra civil, "aunque quizás sí una guerra", y pese a todo, la profesión funciona. Los periodistas argelinos se muestran de acuerdo en que hay que buscar formas de protección y de solidaridad.

"En cualquier caso la solución tiene que venir de los propios argelinos", dice el director de El Watan. "Hernos pedido al Estado que proteja a los periodistas para evitar los asesinatos y también que no aplique la censura ni la suspensión de las publicaciones".

En la reunión, que acabará hoy, domingo, se está fraguando la creación de un comité de defensa de la libertad de prensa integrado por periodistas.

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