Irak, Irán y Siria piden el fin de los embargos políticos en la cumbre contra el hambre
Castro llegó esta madrugada a Roma y Aznar interviene hoy en la reunión
Taha Muhiddin Marouf, vicepresidente de Irak; Mahmoud Al Zoubi, primer ministro sirio, y Hasan Habibi, vicepresidente iraní, personalizaron ayer las críticas a los embargos internacionales por motivos políticos, en ausencia de Fidel Castro, que no pudo llegar a Roma hasta esta madrugada a causa de un temporal. Aunque ésta es la versión oficial del Gobierno de La Habana, numerosos aviones de vuelos de línea regular despegaron normalmente de la capital cubana. José María Aznar ya ha llegado a Roma para participar hoy en la misma cumbre.
Como quiera que vayan las cosas, el presidente cubano no será ya el primer líder que pida a las 192 delegaciones reunidas en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación un mínimo de coherencia con la declaración que han aprobado, y especial mente con el principio de que "los alimentos no deberían utilizarse como instrumento de presión política y económica"."Las acciones impuestas en nombre de la ONU han desembocado en una difusión del hambre, de la pobreza, de las enfermedades y de las epidemias, que han contribuido a incrementar el retraso de los pueblos afectados", manifestó. ayer el representante iraquí. "Una gran potencia pone diversos obstáculos a cualquier nivel de negociación entre Irak y la secretaría general de la ONU" para buscar un acuerdo que permita retirar las sanciones, añadió Muhiddin Marouf, en alusión a Estados Unidos.
Entrevista con el Papa
El primer ministro sirio dio por la tarde continuidad a esta línea de reflexión al afirmar que "los alimentos no pueden ser utilizados como instrumento de presión financiera y económica para fines políticos". Es, además, esencial, dijo Al Zoubi, "aliviar la deuda externa de los países en vías de desarrollo".El vicepresidente iraní propuso que la cumbre de Roma "condene todos los embargos alimentarios y se oponga categoricamente al uso de los alimentos como arma política". Una pretensión similar, y quizás con mención expresa del caso cubano, podría estar, sin embargo, en el origen del retraso del viaje de Castro, que, según rumores, tal vez no habría estado dispuesto a participar en la reunión sin esa contrapartida.
Esta especulación circuló ayer con insistencia. Patrizia Toia, subsecretaria del Ministerio italiano de Asuntos Exteriores, esperó durante toda la noche del miércoles al jueves en el aeropuerto de Ciampino, el avión de Castro.
Lamberto Dini, ministro italiano de Exteriores, afirmó hacia el mediodía que "el mal tiempo en el Caribe ha retrasado la llegada del presidente cubano, que seguramente estará en Roma esta noche (por la de ayer) o mañana". Pero las agencias confirmaron enseguida que, aunque es verdad que llueve en La Habana desde hace tres días, el aeropuerto José Martí estaba abierto.
Otra hipótesis barajada es que tal vez las relaciones entre La Habana y el Vaticano no sean tan buenas. Parece lógico que Castro no viniera a Roma sin tener la seguridad del éxito de su entrevista con el Papa. El Vaticano seguía diciendo anoche que no había ninguna cita prevista y ninguna petición de Cuba.
De China, cuyo primer ministro, Li Peng, se enorgulleció ayer ante la cumbre de dar de comer al 22% de la población mundial, y Cuba habló ayer el italiano Dini en su rueda de prensa. "La Unión Europea ofrece un discurso de apertura y cooperación, pero da también mucha importancia a los derechos humanos y a la democracia. Sin progresos en ese campo, difícilmente habrá avances significativos en el de la cooperación", dijo Dini, refiriéndose especialmente a Cuba.
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