La ONU aprueba una intervención limitada
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó esta madrugada, por unanimidad, el despliegue de una fuerza multinacional para hacer llegar alimentos y medicinas a los cientos de miles de refugiados ruandeses que se encuentran en el este de Zaire. La resolución 1.080 permite a las tropas internacionales, unos 10.000 soldados, "utilizar todos los medios necesarios" para cumplir su misión. Ésta tendrá una duración limitada, hasta el 31 de marzo, y fines definidos. Entre esos objetivos no está desarmar a las tropas ruandesas ni expulsar de la región de Kivu a los rebeldes tutsis banyamulengues.
La resolución final adoptada es el texto propuesto por Canadá, país que tendrá el mando de la Operación Colmillo del Fénix, como se la ha bautizado. El borrador ya fue aprobado por los embajadores de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad en una reunión informal a media tarde. El plan final de la ONU, que llega más de dos semanas después del estallido de la crisis, corre el riesgo de quedarse viejo antes de poder ponerse en marcha. La huida masiva ayer de 700.000 refugiados, que ya han abandonado el campamento de Mugunga, en Zaire oriental, en dirección a Ruanda, cambia por completo el panorama que se vivía en la zona hace tan sólo 24 horas. Ahora, gran parte de la ayuda prevista deberá trasladarse a Ruanda.La ONU, algo más conservadora en sus estimaciones, situaba anoche ese éxodo masivo en 400.000 personas, pero admite que se trata del "más rápido y amplio movimiento de regreso a casa de refugiados de toda la historia", según declaró Sylvana Foa, portavoz de la ONU, citando al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El enviado especial de la ONU en la región de los Grandes Lagos, Gideon Kayianamura, envió ayer, a primera hora, un informe al Consejo asegurando que la misión ya no tiene sentido, y que todos los recursos deberían ser enviados a Ruanda. Las autoridades ruandesas son de la misma opinión.
La operación, según el texto adoptado por el Consejo de Seguridad, que se sustenta en el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, tiene objetivos "meramente humanitarios". "No pretende alterar el equilibrio de las fuerzas militares, ni apoyar el restablecimiento de campamentos en los que puedan operar elementos armados".
La embajadora estadounidense, Madeleine Albright, declaró esta madrugada que el objetivo del envío de tropas internacionales tiene como fin último el regreso de los refugiados ruandeses a sus, casas, además de prestarles socorro alimentario y médico.
Clinton, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, calificó de "señal esperanzadora" las informaciones que daban cuenta de que, liberados al fin de sus secuestradores -los soldados y milicianos hutus que han controlado los campamentos del Este de Zaire desde el éxodo de 1994 desde Ruanda-, cientos de miles de refugiados hutus caminaban de regreso a su patria. No obstante, añadió que su país está preparado para contribuir con soldados a una misión militar multinacional de carácter humanitario, objetivos claros, duración limitada y bajo liderazgo canadiense. El presidente norteamericano dijo que es "prematuro" concluir que la misión ya no es necesaria.
"La nación más poderosa del mundo", enfatizó Clinton, "no puede volver la espalda a tanta gente desesperada y a tantos niños inocentes". "La misión que Canadá se propone dirigir, y en la que creo que América debe participar", añadió, "tiene que aportar seguridad a las organizaciones humanitarias para que ofrecen asistencia a los refugiados y ayuden a los que deseen regresar a sus hogares en Ruanda". Washington se prepara para enviar 1.000 soldados a Goma -la mayoría paracaidistas estacionados en Italia-, con el objetivo de garantizar la seguridad del aeropuerto de esa localidad zaireña y del "pasillo" de regreso a Ruanda de los refugiados. Otros 3.000 soldados norteamericanos apoyarán la misión desde países africanos vecinos.
El general Ed Smith, un veterano paracaidista de la guerra de Vietnam que actualmente desempeña el mando de las tropas norteamericanas de intervención inmediata del Sur de Europa, puede ser nombrado jefe del contingente. Smith estaba ayer en Zaire al frente de los 40 militares norteamericanos que estudiaban el terreno.
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