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La beneficiaria más modesta y en relacion al PIB

Xavier Vidal-Folch

Los argumentos de Waigel sobre los países contribuyentes netos y los receptores netos de, fondos comunitarios son al mismo tiempo verdad y mentira, según la Administración española. Verdad porque en términos absolutos España es como, dice el ministro alemán de Finanzas, el receptor de mayores cantidades -aunque con matices para el año 1995- y Alemania es el principal contribuyente neto.Pero también mentira, porque todo cambia si las cantidades globales desnudas se ponen - en relación con la potencia económica de cada país, es decir, con su Producto Interior Bruto (PIB), la única manera de evaluar dinámicamente y contextualizar el esfuerzo que hace cada país y el apoyo que recibe. Así, según los datos de Waigel reelaborados por los expertos comunitarios españoles, España recibe tan sólo un 0,62% de ayuda neta sobre su PIB, porcentaje que superan Portugal (1%), Grecia (3,5%) e Irlanda (3,6%).

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Y si del lado de los receptores pasamos al de los contribuyentes, tampoco es exacto que el esfuerzo alemán sea el mayor en relación con su PIB. El 0,63% de la producción total alemana que tanto duele a Waigel se ve superado por el 0,66% del Reino Unido-7-incluido el llamado cheque británico-, y es una cifra muy cercana a la de Austria (0,59%) o Suecia (0,56%), aunque muy superior a la de Francia (0,4%).

Ejercicio excepcional

En cuanto al año de comparación, 1995, es un ejercicio excepcional: el saldo entre la contribución nacional y el retomo fue positivo para España en 1,14 billones de pesetas, casi el triple que el de años anteriores (396.191 millones en 1991; 331.249 en 1992; .395.932 en 1993 y 351.752 millones en 1994).

¿Qué ocurrió?. La recepción se fondos netos se disparó en 1995 por tres factores. Uno, diversos atrasos de años precedentes. Dos, algunas devoluciones derivadas de que la contribución calculada sobre la base del IVA se, había inflado anteriormente (y así España aportó al presupuesto comunitario ese año sólo 615.904 millones de pesetas, contra 803.408 en 1994, por lo que el saldo positivo aumentó en más de 200.000 millones). Y tres, el impacto de las devaluaciones sobre las cantidades recibidas de Bruselas, siempre denominadas en ecus. Para este año de 1996, la previsión de fondos netos a recibir es bastante inferior al billón largo de 1995: se estima en una cifra no superior a los 800.000 millones de pesetas.,

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