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El mayor experto en 'vacas locas' duda que la enfermedad acabe en el 2001

Nuevas acusaciones de que Bruselas ocultó el peligro

Los científicos dieron ayer la espalda a la pretensión del Reino Unido de levantar el plan de sacrificio de las vacas locas en base a informes científicos de la Universidad de Oxford que sugieren que la enfermedad desaparecerá por sí misma en tomo al año 2001. Charles Weissmann, de la Universidad de Zúrich, presentado por Bruselas como el experto número uno del mundo en esta enfermedad, puso en duda esa previsión, aunque admitió que para entonces habrá disminuido mucho el número de casos.

Charles Weissmann afirmó en rueda de prensa: "Está muy claro que la enfermedad disminuirá de forma muy considerable, pero no me atrevería a predecir cuándo llegará al punto cero o cuándo alcanzará un nivel lo bastante bajo como para que deje de ser endémica". Sus palabras echan por tierra la pretensión del Reino Unido de refugiarse en recientes informes científicos que sugieren que la ESB (enfermedad de las vacas locas) desaparecerá por sí sola en el 2001 y que, en consecuencia, no tiene sentido mantener en vigor el plan de sacrificio selectivo de la cabaña británica.'Weissmann echó un capote a la Comisión Europea y a los Quince al enfatizar que al principio nadie pensaba que la enfermedad pudiera transmitirse al hombre. "Todos creíamos que era una enfermedad derivada de la temblona de las ovejas, que no es transmisible al hombre. Al transmitirse a otros animales, como el gato, es cuando empezó a plantearse el contagio humano", señaló.

Evidencias de 1993

Ese salto a otras especies fue el argumento abrazado ayer por un responsable sanitario alemán para acusar a la Comisión Europea de no haber tomado las medidas -suficientes para proteger a los consumidores europeos y de ocultar esas evidencias científicas a la opinión pública. Estas acusaciones fueron lanzadas ayer en el Parlamento Europeo por Arpad Somoggi, médico, jefe de Protección de la Salud y de los Servicios Veterinarios alemanes y en su época miembro del Comité Científico de la Alimentación de la Comisión Europea.Somoggi afirmó que ya en un simposio celebrado en Berlín en diciembre de 1993 había pruebas de que la enfermedad de las vacas locas era transmisíble a cabras, ovejas y gatos: "Eso evidenciaba que se podía romper la barrera de las especies y que, en consecuencia, podía llegar al hombre".

A su Juicio, aquellas informaciones bastaban para que se tomaran medidas contra el vacuno británico y que se retiraran de la cadena alimentarla todos los animales vivos o muertos procedentes de zonas en las que se había desarrollado la ESB.

Somoggi fue mucho más allá y aseguró que el Comité Científico de la Alimentación nunca hizo constar las objeciones que tanto él como otro científico alemán hicieron en varias ocasiones, lo que interpretó como un intento de ocultarlas a los consumidores europeos. Aún más, aseguró que el 19 de octubre de 1994, el director general adjunto de Agricultura, Fernando Mansito, al que hizo constar sus protestas por todos estos hechos, le acusó de mala fe y le intentó acallar.

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