Trabajo atribuye a los gastos sanitarios el déficit de la Seguridad Social

El secretario de Estado de Seguridad Social, Juan Carlos Aparicio, considera urgente separar la financiación de la parte contributiva y no contributiva -la sanidad, fundamentalmente- del sistema público. Las razones son dos: el actual desfase presupuestario se debe en buena parte a los gastos sanitarios y, además, éstos se han nutrido desde 1987 a 1996 con 4,8 billones de pesetas en cotizaciones, mientras que el Estado sólo ha aportado -vía impuestos- 1,5 billones de pesetas. El propósito de los responsables del Ministerio le Trabajo y Asuntos Sociales es poner en marcha cuanto antes ese primer punto del Pacto de Toledo, en el que hubo consenso entre todos los partidos parlamentarios que suscribieron en abril de 1995.

En el denominado Pacto de Toledo sobre pensiones se hace una recomendación: la separación y clasificación de las fuentes de financiación de la Seguridad Social. Y se añade: "La financiación de las prestaciones de naturaleza contributiva [pensiones, invalideces y prestaciones de desempleo] dependerá básicamente de las cotizaciones sociales y la financiación de las prestaciones no contributivas y universales [sanidad, servicios sociales y prestaciones familiares] exclusivamente en la imposición general. La Ponencia recomienda al Gobierno que se adopten las medidas necesarias para profundizar progresivamente en la dirección de la separación de las fuentes de financiación según la naturaleza de la protección, iniciada a partir de 1989, hasta su culminación efectiva en el menor plazo posible, quedando claramente delimitados, dentro del modelo de protección, el sistema contributivo y no contributivo".En estos momentos, las cotizaciones a la Seguridad Social que aportan empresas y trabajadores -7,5 billones de pesetas este año- financian todavía un 15% de la Sanidad que, por definición, es una cobertura universal para el conjunto de los ciudadanos. También el gasto sanitario es el origen de buena parte del "desfase presupuestario" de la Seguridad Social, detectado por el Partido Popular al llegar al Gobierno. Una vez que los ingresos y gastos de la parte contributiva queden desgajados de lo no contributivo, el sistema de pensiones públicas contará con superávit y así ha ocurrido incluso en los años malos para el empleo como 1993, según Juan Carlos Aparicio. El secretario de Estado, tras la toma de posesión de altos cargos de Trabajo, responsabilizaba ayer de ese desfase al equipo socialista: "Deberían haber sido conscientes de que han dejado un presupuesto con dificultades". No obstante, el secretario de Estado de Seguridad Social precisaba que no se debe hablar de agujero, porque éste es un término que "ningún economista se atreve a definir". El informe detallado que prepara el departamento de Trabajo previsiblemente se presente en el próximo Consejo de Ministros y en él se concretará la liquidación del presupuesto de 1995 y una estimación para 1996.

El PSOE sigue negando ese desfase y ayer eran los diputados Joaquín Almunia y Mercedes Aroz quienes afirmaban que todo está detallado en los presupuestos del sistema público. El grupo parlamentario socialista ha pedido una serie de comparecencias de altos cargos para que expliquen en la Cámara baja esas cifras. En concreto, ha solicitado la comparecencia de José Folgado, secretario de Estado de Presupuestos; José Barea, director general de la Oficina Presupuestaria; Juan Carlos Aparicio, secretario de Estado de la Seguridad Social, y Alberto Núñez, secretario general de Asistencia Sanitaria.

También José María Aznar abordará hoy el tema presupuestario en el primer pleno ordinario del Congreso. Aznar responderá a una pregunta de IU-IC sobre el anunciado recorte. La cuestión formulada por Joan Saura es: "¿Cuáles son los criterios del Gobierno en relación a los recortes presupuestarios, tanto aprobados como anunciados, en cuanto a las concreciones políticas y voluntad de diálogo expresadas por el presidente del Gobierno en el debate de investidura?". De momento, el ministro de Sanidad, José Manuel Romay, aseguró ayer en Ginebra que el recorte "no tocará" el gasto sanitario", informa Efe.