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Un gran hallazgo replantea los límites de la Tarragona romana

La apertura de una calle de 200 metros en Tarragona ha dejado al descubierto más de dos hectáreas de construcciones de época romana que obligarán a los estudiosos a replantearse la historia de la ciudad. Las excavaciones en los terrenos donde se proyectan nuevos inmuebles de viviendas, ya han arrojado estructuras de edificios, monumentos funerarios, sepulturas y piezas de cerámica, vidrio, instrumentos metálicos, monedas y otros materiales que los arqueólogos datan provisionalmente entre el siglo II antes de Cristo, y el siglo V de nuestra era, aunque podría haber alguna pieza mucho más antigua. Son seiscientos años de historia de una ciudad que se extendía mucho más allá de su núcleo histórico conocido.La prolongación de la calle de Pere Martell sobre antiguos campos de cultivo y naves industriales abandonadas, para unir el ensanche, de Tarragona con los barrios portuarios, ha dado lugar a la excavación arqueológica más extensa hecha en la ciudad desde los años 30. Los arqueólogos son muy prudentes en la interpretación de, los hallazgos, porque la cantidad de material es ingente, y les llevará tiempo analizarlo.

Para María Adserias, la arqueóloga que dirige una de las excavaciones en curso, los hallazgos pueden confirmar a Tarragona como la ciudad imperial Más extensa al occidente de Roma.

Panteones y termas

Los hallazgos son múltiples, y de diferentes épocas. A lo largo de lo que parece era una vía de acceso al puerto se levantan una serie de monumentos funerarios de los siglos IV y VI a la manera de una sucesión de panteones. Fueron construidos sobre un conjunto termal anterior. En el centro del mismo solar están los restos de una villa suburbana.En el conjunto se han hecho numerosas exploraciones puntuales. Prácticamente en todas ellas se han localizado estructuras de edificaciones y una cantidad enorme de material arqueológico, como dos sarcófagos de plomo -uno en perfecto estado-, y otras piezas metálicas.

En un solar adyacente se ha puesto al descubierto el basamento de los 14 metros de fachada de un gran monumento funerario del siglo l. Estaba construido sobre las estructuras de varias habitaciones más antiguas, aparentemente de vivienda.

Dentro de este recinto funerario se han encontrado seis sepulturas con ajuar. En una de ellas un niño estaba enterrado con la cabeza de su caballo, un poni.

En otro solar adyacente hay un conjunto de termas, también de época imperial, donde se ha encontrado un depósito con cerca de una veintena de botellas de ungüentos y perfumes, y será excavado en extensión en los próximos días.

La urbanización de la nueva calle ha venido a demostrar que la moderna Tarragona aún no ha ocupado todos los terrenos en que se asentaba la extensa Tárraco de hace dos mil años.

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