EE UU suspende la ayuda económica a Colombia por no colaborar en la lucha contra el narcotráfico
Estados Unidos acusa directamente al Gobierno de Ernesto Samper de sabotear la lucha antidroga de los propios funcionarios colombianos. En consecuencia, Colombia deja de figurar en la lista de países que cooperan contra el narcotráfico. La medida implica que el país iberoamericano no tendrá acceso a la mayor parte de las ayudas al desarrollo de EE UU ni podrá recibir préstamos internacionales, que necesiten el respaldo de la Administración de Clinton. La decisión de Washington fue calificada de "inaceptable" por el Gobierno colombiano en una declaración oficial leída por su ministro de Asuntos Exteriores, Rodrigo Pardo.
México, a pesar de ser considerado como "la mayor amenaza inmediata en cuestión de narcóticos" para EE UU, consiguió permanecer en la lista de colaboradores, en la que entran también Perú y Bolivia. Por contra, son condenados, además de Colombia, Afganistán, Birmania, Irán, Nigeria y Siria.Para tomar su decisión, el presidente Clinton se basó en el informe anual del Departamento de Estado sobre la cooperación internacional antidrogas. En él se señala que Colombia hizo en 1995 algunos progresos que "dieron resultados positivos, pero no hubo ningún compromiso por parte del Gobierno Samper para respaldar los esfuerzos de los organismos encargados de la lucha contra las drogas". "La decisión no se ha tomado a la ligera", aseguró Robert Gelbard, responsable de Narcotráfico en el Departamento de Estado, consciente de la gravedad de la situación de Colombia y de su presidente. Según Gelbard, en el Gobierno de Samper y entre sus legisladores "la corrupción es una plaga y se estimula como autoprotección". Gelbard alabó a, los funcionarios colombianos que combaten el tráfico de drogas y dijo que muchos colombianos "han muerto luchando contra las drogas".
Aunque Colombia no cubría los requisitos de plena colaboración, EE, UU aplicaba hasta ahora una cláusula en la que, "por razones de interés vital", se mantenía la asistencia económica y se favorecía la concesión de préstamos. A pesar de los esfuerzos del Gobierno de Samper para mantener el estatus, EE UU considera que "el narcotráfico sigue siendo una fuerza poderosa, de forma que la detención de uno de sus barones, en lugar de una parálisis, crea solamente una oportunidad de empleo para otra persona".
Aunque la medida era esperada en Colombia su confirmación desató los sentimientos nacionalistas. Hasta los mismos enemigos del presidente Ernesto Samper calificaron de injusto el castigo de los gringos. Aseguraron que el Gobierno de Bill Clinton no tuvo en cuenta los enormes esfuerzos que se hicieron en 1995 en la lucha contra los carteles de la cocaína. Lo que pesó más, se cree en Colombia, fue la crisis política que se vive en el país por las denuncias de filtración de dinero del narcotráfico en la campaña del presidente Samper.
"Indignación" de Samper
El propio presidente rechazó con "indignación" la decisión norteamericana y dijo que la medida. "no hará otra cosa que beneficiar a los narcotraficantes". Por su parte, los empresarios restaron importancia a la sanción. "Las consecuencias económica", aseguró ayer el presidente de la Asociación de Gremios Económicos, "no serán tan graves; lo grave serán los problemas que tendrán los empresarios colombianos en sus gestiones en el extranjero". En las primeras reacciones, los portavoces de todos los sectores políticos y económicos del país, coinciden: lo más grave es la sanción. moral; el hecho de rebajar a Colombia a la condición de país paria.En el caso de México se dice que "la corrupción endémica sigue minando tanto las iniciativas políticas como las policiales". El sector bancario mexicano es considerado "uno de los centros de blanqueo de dinero más importantes del hemisferio occidental".
Sobre España se recuerda que sigue siendo un importante lugar de paso de droga procedente de Latinoamérica y Marruecos con destino a Europa. El Departamento de Estado alaba la cooperación de las autoridades españolas en la lucha contra el narcotráfico y señala que no sabe de ningún alto funcionario "implicado en producción o distribución de drogas o en blanqueo de dinero".
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