Regulada en España la obtención y mercado de los tejidos humanos para trasplante

En los próximos años, los trasplantes de tejidos (córneas, huesos, válvulas cardiacas, piel, células precursoras de la sangre o vasos sanguíneos, entre otros) van a constituir nada menos que el 50% de toda la actividad quirúrgica. Garantizar su seguridad y evitar que se haga negocio con los mismos es el objetivo M Real Decreto que hoy aprueba el Consejo de Ministros. Los bancos de tejidos se homologan a los de sangre, en el sentido de no podrán actuar con ánimo de lucro. La normativa permitirá la importación sólo de aquellos tejidos en los que haya déficit en España.

La regulación del uso y obtención de los tejidos humanos tiene un desarrollo desigual en las legislaciones europeas, más preocupadas hasta ahora por los trasplantes de órganos. Sin embargo esta actividad crece paralela a los avances científicos que permiten reconstruir una mandíbula, tras el cáncer, o la piel de un quemado, cultivando la suya propia.Como muestra de esta actividad, el año pasado se realizaron en España 1.983 trasplantes de córnea; se distribuyeron 112.611 centímetros cuadrados de piel para centros de quemados; se prepararon 65 injertos vasculares (trozos de venas o arterias) y 173 válvulas cardiacas, y se operaron más de 4.000 pacientes con tejidos óseos y cartilaginosos.

La fuente es el donante altruísta, al igual que el de órganos, y el procesador, un banco de tejidos que puede ser de dos clases: los de los propios hospitales o los más especializados, dependientes de los Centros Nacionales de Transfusiones, como es el caso de Asturias, Cataluña o Valencia.

Los centros funcionan sin ánimo de lucro, modalidad que el nuevo Real decreto consagra, ante la posible especulación que puede surgir de un arsenal terapéutico en expansión. La distribución será coordinada desde la Organización Nacional de Trasplantes y las Administraciones competentes. El objetivo que se persigue en España es la autosuficiencia, igual que en sangre. No obstante, la ley permitirá la importación de aquellos productos en los que haya déficit y también la exportación de excedentes.

La seguridad en la obtención de los tejidos es un aspecto importante de la normativa, que contempla la exigencia del historial clínico del donante fallecido para asegurar que no es portador de alguna enfermedad que pudiera transmitirse a los receptores. En el caso de la médula ósea o los precursores de células sanguíneas obtenidos de la circulación periférica, se regulan las características que deben tener los centros donde se vayan a realizar los trasplantes. Casi todos los grandes hospitales españoles están acreditados para autotrasplante de médula (del propio paciente), pero sólo 10 reúnen hoy los requisitos para efectuar los que proceden de donantes familiares o no emparentados.