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Un plasma muy especial procedente de EE UU

Milagros Pérez Oliva

Las cuatro muestras enviadas por el Instituto Grifols a Marruecos eran de gaminaglobulina anti-D, que se administra a mujeres embarazadas de tipo sanguíneo Rh negativo cuyo hijo es Rh positivo. Este tipo de gammaglobulina se obtiene de un plasma difícil de encontrar. "Ni en España ni en Europa tenemos plasma anti-D. Para obtenerlo es preciso inyectar en un donante Rh negativo factores Rh positivos. Nosotros lo importamos de Estados Unidos. Y todo el mundo sabe que en ese país rigen unas normas muy riguosas en el control de los productos sanitarios, especialmente los hemoderivados, precisamente por los problemas que hubo al principio con el sida", explicó ayer Javier Jorba, director del Instituto Grifols."Además", añadió, "nosotros aplicamos la técnica denominada de PCR, que nos permite controlar también el producto final". Esta técnica consiste en multiplicar una ínfima porción del producto hasta cantidades suficientes como para observar la presencia de la más mínima cantidad de cualquier virus.

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El grupo Grifols, que el año pasado facturó por valor de 9.618 millones de pesetas, comenzó a analizar sistemáticamente toda la sangre que llegaba a su laboratorio de hemoderivados en cuanto salieron los test para hacerlo, antes incluso de que entrara en vigor la normativa española que obligaba a efectuar la prueba en todas las donaciones de sangre. Este laboratorio fue precisamente el que advirtió en febrero de 1987 al banco de sangre del hospital de Bellvitge que le estaba enviando sangre con sida.

En ese momento ya existía en Cataluña una normativa que obligaba a efectuar las pruebas, pero el hospital de Bellvitge la incumplía. A pesar de que los bancos debían suministrar sangre ya analizada; Grifols efectuaba su propio control y eso le permitió descubrir las partidas contaminadas procedentes de Bellvitge. Por otra parte, Grifols es uno de los pocos laboratorios que han obtenido autorización de la rigurosa Food and Drug Administration, la agencia de los medicamentos de Estados Unidos, para comercializar hemoderivados en ese país.

"Si fuera cierto que en agosto decían tener ya una muestra contaminada, ¿cómo es que nadie se dirigió a nosotros?, ¿qué pasó entre agosto y enero, fecha en que fue detenido el farmacéutico?", se preguntaba ayer Javier Jorba. "Todo esto es muy extraño. No sabemos qué puede haber detrás de esta historia de Marruecos. Lo único que podemos decir es que venga quien quiera a comprobar los controles que aplicamos".

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