Las inscripciones romanas muestran una Barcelona activa e integradora
En Barcino, la Barcelona romana, el hijo de un liberto podía llegar a los más altos cargos políticos, los amos demostraban afecto inusitado por sus esclavos y en general se respiraba un cierto ambiente social abierto e integrador. Al menos ésta es la opinión de los especialistas que han estudiado el conjunto de inscripciones romanas de Barcino y que han sistematizado ese estudio en un libro presentado recientemente en el Museo de Historia de la Ciudad. El libro es el cuarto volumen de una serie sobre las inscripciones romanas en Cataluña y está dedicado íntegramente a las halladas en Barcelona. Es una obra catalano-francesa, impulsada por el Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS) del país vecino y las universidades Autónoma y de Barcelona, con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad, el Institut d'Estudis Catalans y la Fundación La Caixa.Marco Didio Falco, el popular detective romano, de ficción creado por la escritora Lindsey Davis, mostrará precisamente en su nueva aventura -que se publicará el próximo año- una gran simpatía por Barcino, retratada como una ciudad pequeña pero bulliciosa y plena de oportunidades, ideal para un hombre como él, deseoso de ascenso so cial rápido. Los epigrafistas (estudiosos de las inscripciones) corroboran esa imagen de Barcino. Las 317 inscripciones que se conocen y que recoge el libro dibujan "una ciudad pequeña pero con un papel importante, dinámica e integradora, con el poder muchas veces en manos de libertos [esclavos liberados] y no de grandes personajes de oligarquías cerradas", según la arqueóloga Isabel Rodà.
Padre esclavo, hijo regidor
Barcino, era "una ciudad muy abierta", subraya la especialista, responsable del libro junto con Marc Mayer y Georges Fabre. Prueba de ello es que Caius Julius, hijo de un antiguo esclavo, Caius Publicius Melisus, llegara a magistrado, concretamente a edil (una especie de regidor). "Y si no hubiera muerto a los 18 años", aventuró Rodà, "podría haberse convertido en duovir (alcalde). Un liberto, Lucio Licinio II, fue posiblemente el personaje más importante de la historia de Barcino: ayudante del principal colaborador del emperador Trajano, Lucio Licinio Sura, está considerado uno de los hombres más homenajeados del Imperio. En Barcelona se han hallado 25 inscripciones de monumentos al vanidoso individuo, que se encontraban en el foro de Barcino (apróximadamente en la actual plaza de Sant Jaume, donde está el Palau de la Generalitat) y que corresponden, se cree, a otras tantas estatuas de bronce.El libro incluye inscripciones desde época de Augusto (cuando se fundó Barcino) hasta el siglo VII. Entre ellas, la celebre de Lucio Minicio Natal Quadronio Vero, alto funcionario originario de Barcino y campeón de la carrera de cuadrigas de la 227ª Olimpiada, en el 129 después de Cristo.
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