Los productores de cine reclaman que las multinacionales dejen sus prácticas abusivas
La Fundación Procine rechaza el informe del Tribunal de la Competencia
, La Fundación Procine, que reúne a los más influyentes productores de cine españoles, reclama el cese de las prácticas abusivas de las cinco majors americanas en el mercado cinematográfico español. "Nuestro mercado no es que sea libre, es que está colonizado", advierten los productores en un contrainforme elaborado frente al del Tribunal de la Competencia, que abogaba por la eliminación de todas las medidas protectoras del cine. La Fundación Procine acusa al tribunal de falta de rigor y seriedad y rebate punto por punto sus argumentaciones. Pone un dato sobre la mesa: gracias a las medidas adoptadas con la ley de 1994, la cuota de mercado del cine español se doblará prácticamente en 1995.
El Tribunal de la Competencia proponía al Gobierno, en un informe enviado en julio pasado, la eliminación de las licencias de doblaje y las cuotas de pantalla, así como la disminución gradual de las ayudas directas al sector de cine. Concretamente, el tribunal decía: 'Las licencias de doblaje y las cuotas de pantalla son, en esencia, prohibiciones para doblar y exhibir". Este informe, que no es vinculante, levantó un amplio rechazo en él sector del cine y en el Ministerio de Cultura."El dogmatismo liberal del Tribunal de la Competencia ha caído en un integrismo liberal". Esta frase de Alberto Oliart, presidente de la Fundación Procine, resume la opinión de los productores sobre el informe del tribunal. El contrainforme elaborado, del que Oliart ha enviado copia al Tribunal de la Competencia con la sugerencia de que se estudie de nuevo y con seriedad el sector del cine, rechaza minuciosamente las argumentaciones del organismo que preside Amadeo Petitbó.
Procine acusa al tribunal de no tener en cuenta la situación de la industria audiovisual española, que revela cómo en 1975 la cuota de mercado de cine español estaba en un 30%, cifra que ha descendido en 1993 a un 7%. "Tanto el 70% de 1975 como el 93% del año 93 correspondían al cine norteamericano, distribuido en España por las cinco majors", señalan los productores: "Resulta, pues, casi un escarnio el que los defensores del libre comercio y los negociadores americanos sostengan que las licencias de doblaje y las cuotas de pantalla suponen un atentado a la libertad económica y de mercado", dice el informe, y Alberto Oliart añade con sorna: "¿Qué quieren? ¿Hacerse con el 7% del mercado español que les falta por conquistar?".
Un modesto rincón
Con éstos y otros datos que demuestran la diferencia de potencia económica, comercial e industrial entre la industria norteamericana y la española -el coste medio de un filme americano es de 3.600 millones de pesetas, frente a los 170 millones de una película española; las distribuidoras americanas gastan en algunas películas 200 millones de promoción en España, frente a los 20 millones de media del cine español-, Procine considera que sólo el Estado español puede contrapesar y equilibrar en cierto modo.
En este sentido, los productores recuerdan al Tribunal de la Competencia que una de sus misiones es la de "velar porque posiciones de predominio de esa naturaleza no deshagan la posibilidad de que exista una legítima competencia en el mercado nacional". "El cine que defendemos no pretende cerrar el mercado español para él. Lo que pretende es que le dejen vivir y un lugar en el sol de su país, casi un rincón más bien modesto", dice Oliart.
En cuanto a la afirmación del tribunal de (que las prácticas abusivas de los distribuidores de las cinco majors americanas no son denunciadas, Procine afirma que esas prácticas existen y que no se limitan sólo a la obligación por parte del exhibidor de alquilar paquetes de películas, en los que entran una buena dos regulares y tres malas, sino en jugar con las fechas de estreno, reservando siempre las mejores a las películas que ellos distribuyen, y discriminando claramente al cine español.
Partiendo de la base de que no es fácil que los productores españoles denuncien individualmente estos hechos -"el que lo haga puede tener dificultades insalvables para estrenar", afirma el productor Elías Querejeta-, Procine pide que sea el Servicio de Vigilancia del Tribunal de la Competencia el que se entere, "si quiere", de la situación real en este tema.
Además de rebatir los argumentos del tribunal en tomo a las licencias de doblaje y las cuotas de pantalla, los productores hacen hincapié en la importancia que para la lengua tiene la industria audiovisual.
La Fundación Procine no niega que su contrainforme albergue un claro aviso al PP, partido que coincide en alguna medida con las propuestas liberalizadoras del Tribunal de la Competencia, con vistas a su posible llegada al poder.
Babelia
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