González promete a Peres el apoyo de la UE para construir la paz

IGNACIO CEMBRERO ENVIADO ESPECIAL, Isaac Rabin ha muerto, y ahora hay que volcarse para que su proyecto de paz siga adelante gracias a su sucesor, Simón Peres. El presidente del Gobierno español, Felipe González, lanzó ayer un llamamiento a todos los líderes de Oriente Próximo para que continúen construyendo la paz y, al mismo tiempo expresó su total apoyo a Peres, el primer ministro en funciones de Israel. González fue uno de los cinco líderes extranjeros que tomaron la palabra en el cementerio del monte Herzl durante el entierro de Rabin.

A González le tocó el turno de palabra, en calidad de presidente en ejercicio de la Unión Europea (UE), en penúltimo lugar, después del rey Hussein de Jordania; del norteamericano Bill Clinton; del secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali; del jefe de Estado egipcio,Bosni Mubarak, y antes del primer ministro ruso, Víktor Chernomirdin.González viajó a Jerusalén acompañado por su mujer, Carmen Romero, y por el presidente de la Comisión Europea, el luxumburgués Jacques Santer, pero no tuvo tiempo de consensuar su discurso, como lo requiere la tradición, con las demás capitales de la UE. Se mostró, sin embargo, confiado en que "lo que he dicho represente la opinión de todos los europeos". En su nombre, el presidente del Gobierno español recalcó, en tono solemne, que "en momentos tan dolorosos para el Gobierno y pueblo de Israel, la Unión Europea reitera su compromiso permanente con la política de paz en la región y su enérgico rechazo a los enemigos de la paz".

"Es el momento de unir fuerzas", prosiguió bajo un sol más estival que otoñal. "Hacemos aquí y ahora un llamamiento a la generosidad y la visión de futuro de todos, líderes regionales y ciudadanos, para continuar construyendo un futuro de paz y progreso para todos los pueblos de la región".

"Nos queda también la convicción de que el mejor homenaje a su memoria es seguir trabajando por la paz" como Rabin lo hizo después de haber ganado guerras a sus adversarios.

González, que iba tocado, en señal de respeto, con la kipa (prenda tradicional judía que sirve para cubrir la cabeza), añadió: "Nuestro ánimo y colaboración permacen dispuestos para mi buen amigo Simón Peres, que cuenta con nuestro firme respaldo en su voluntad de continuar la labor que desarrolló junto al primer ministro".

Valedor de la paz

González concluyó su discurso pronunciando una frase en hebreo, Yejí zijró baruj, instando a recordar la memoria del jefe de Gobierno israelí. Él mismo se encargó de hacerlo al filo de sus palabras. Alabó la perseverancia de Rabin "en transformar para siempre las. espadas en arados". "Era la valerosa, apuesta por la paz de un hombre que conoció la guerra".

En un plano más personal, manifestó su "emoción por haber perdido a quién fue un amigo desde hace muchos años, a quien admiré como hombre de Estado, como patriota y como abanderado de la paz".

Poco antes, en el vestíbulo de su hotel, con su corbata negra recién puesta, González fue algo enigmático al hablar de su relación con Rabin. "Me hizo algunas confidencias que me impresionaron mucho desde un punto de vista personal",, dijo, sin dar más detalles, al referirse al encuentro que ambos tuvieron en Nueva York a finales de octubre