3 diplomáticos de EE UU y un soldado francés mueren en un campo de minas en Sarajevo
Tres diplomáticos integrantes de la delegación mediadora de EE UU en la ex Yugoslavia, entre ellos Robert Frasure, subsecretario de Estado adjunto para Asuntos Europeos, pagaron ayer con su vida los últimos esfuerzos de la comunidad internacional para poner fin a más de cuatro años de guerra civil en los Balcanes. El vehículo blindado en el que viajaban se despeñó accidentalmente en uno de los peligrosos recodos de la carretera del monte Igman, la única vía de acceso a Sarajevo en poder de los serbobosnios, y cayó un campo de minas. Un casco azul francés también murió, y otros dos diplomáticos norteamericanos y dos soldados franceses resultaron heridos.
Los diplomáticos acudían a negociar a Sarajevo con el presidente bosnio, Alia lzetbegovic. Richard Holbrooke, secretario de Estado adjunto norteamericano, que dirige la delegación enviada por el presidente Bill Clinton a las capitales de la antigua Yugoslavia, suspendió la reunión prevista con Izetbegovic en señal de duelo.El presidente Clinton, de vacaciones en Jackson Hole (Wyoming), dijo ayer que "este accidente" no impedirá que EE UU continúe sus esfuerzos de paz en Bosnia. "Se trata", añadió, "de un viaje triste y trágico" de unos hombres que "trabajaban por la causa de la paz". El presidente de Francia, Jacques Chirac, y el Gobierno español, entre otros, enviaron ayer sus condolencias a Clinton. El Departamento de Estado norteamericano, por su parte, aclaraba que el mortal accidente no se produjo por "ninguna acción hostil".
Un traspiés en la maldita ruta del Igman, difícil hasta para un todoterreno blindado, se llevó peñas abajo a los ocho ocupantes del vehículo, pilotado por tres cascos azules franceses. Frasure de 53 años, había sido representante de su país en el Grupo de Contacto sobre la antigua Yugoslavia, la célula de crisis permanente integrada por las grandes potencias (EE UU, Rusia, Francia, Alemania y Reino Unido). El vehículo de Frasure se salió del convoy y cayó por un barranco dando vueltas de campana antes de hacer estallar dos minas anticarro y volar por los aires en llamas, según informaron fuentes de las Naciones Unidas en Sarajevo.Auxilio francés
Tres de los heridos fueron evacuados al hospital Kosevo de la capital bosnia y el resto de las víctimas fueron atendidas por médicos militares franceses y británicos de la Fuerza de Reacción Rápida (FRR), desplegada precisamente en el monte Igman, antes de ser evacuados al hospital de Split, en la costa adriática de Croacia, donde Frasure ingresó ya cadáver.
La Embajada estadounidense en Sara evo confirmó que ni el jefe de la delegación, Richard Holbrooke, ni el teniente general norteamericano Wes Clark viajaban en el vehículo siniestrado. Ambos han recorrido con Frasure en los últimos días las capitales de la antigua Yugoslavia para presentar a sus respectivos dirigentes la última iniciativa de paz impulsada por EE UU y acudían a Sarajevo para exponer por primera vez al presidente bosnio el contenido de la propuesta.
El ministro de Asuntos Exteriores español, Javier Solana, que el pasado miércoles salió ileso de un ataque con armas ligeras cuando su blindado se dirigía hacia Sarajevo desde el aeropuerto, expresó ayer su profunda consternación por el accidente sufrido por la delegación norteamericana, con cuyos representantes ha mantenido estrechas y frecuentes relaciones en las últimas semanas en razón de la presidencia española de la Unión Europea del presente semestre.
A los esfuerzos diplomáticos norteamericanos y europeos se ha sumado también Rusia. Un alto cargo de Exteriores de Moscú, cubierto por el anonimato, declaró ayer que el Gobierno ruso confía en organizar una cumbre de paz en la antigua Yugoslavia a mediados del próximo mes de octubre. La misma fuente, del entorno del ministro Andréi Kózirev, aseguró que la iniciativa estadounidense, como fruto de la coordinación del Grupo de Contacto, "es tan norteamericana como rusa".
La anunciada cumbre reuniría a los representantes de las grandes potencias con los ole la actual Yugoslavia (Serbia y Montenegro), Croacia y Bosnia-Herzegovina, así como de las partes beligerantes en esta república. Siempre según el diplomático ruso, los contendientes deberían completar un cese de las hostilidades en un plazo de entre 60 y 90 días una vez suscrito un acuerdo de paz en la conferencia internacional.
Rusia, que apoya abiertamente a Serbia en el conflicto, intenta ahora apadrinar las negociaciones en medio de un clima de buenas intenciones de la comunidad internacional que se contradice con el sufrimiento de decenas de miles de civiles expulsados de sus casas por serbios, croatas, e incluso bosnios (los rebeldes musulmanes del enclave de Bihac), en la más trágica operación de limpieza étnica de la Europa contemporánea: paz por territorios de nacionalidad, religión o etnia homogéneas.
Mientras, el Consejo de Seguridad de la ONU pidió ayer a los gobiernos de Croacia y Bosnia que levanten "inmediatamente" todos los obstáculos con el fin de asegurar la libertad de movimientos de la Fuerza de Reacción Rápida en Bosnia.
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