Javier Marías habla sobre engaño y ficción al recibir el premio Rómulo Gallegos

Javier Marías, el primer español en ganar el premio internacional de novela Rómulo Gallegos con su obra Mañana en la batalla piensa en mí recibió anoche el galardón luciendo una simpatía, humildad y emoción que sorprendieron gratamente al público venezolano. En la ceremonia del IX Rómulo Gallegos intervinieron el presidente de la Fundación Celarg, Elías Pino Iturrieta; el presidente de la República, Rafael Caldera, y el galardonado, que preparó un discurso sobre la ficción y el engaño en la literatura.

En su discurso, dijo que en su novela premiada se habla del "engaño en el sentido más amplio de la palabra... se recuerda que todos vivimos parcial pero permanentemente engañados o bien engañando, contando sólo parte, ocultando otra parte y nunca las mismas partes a las diferentes personas que nos rodean. Y sin embargo, a eso no acabamos de acostumbrarnos, según parece".El premio Rómulo Gallegos, considerado el galardón literario más importante en América Latina, está dotado con siete millones de pesetas, y le fue concedido en su novena edición a Javier Marías por su última novela, Mañana en la batalla piensa en mí. El escritor, de 43 años, confesó que gastará el inesperado premio en "novias y amigos".

Marías dijo que la relación entre América Latina y España, aunque se manifiesten pequeños celos y agravios, es muy fecunda. "La interrelación es mayor de lo que se admite públicamente, porque hay fingimiento y pequeñas revanchas", dijo al referirse al poco conocimiento de la literatura española, incluida su obra, que se tiene en Latinoamérica.

No se mostró muy seguro para evaluar el actual auge de la narrativa española. "Estamos ante una etapa que no es mala, o por lo menos es mejor que lo que se hizo en la primera mitad del siglo XX. Parece que en los años ochenta había un repunte de la novela española. Se hablaba de unos 30 autores relativamente jóvenes y nuevos, todos buenos por igual. Esto naturalmente era un disparate. Hubo una inflación, exceso de entusiasmo, tal vez motivado, por intereses editoriales. Seis años después la criba que el tiempo hace demostró que no eran 30 escritores, sino unos cinco o seis", manifestó.

El autor de Corazón tan blanco y El hombre sentimental rechazó las críticas que le han hecho de ser un hombre distante. Admitió que ha tenido una cultura anglosajona, pero "yo nunca me he considerado un hombre, frío". Reveló estar un poco dolido con la editorial Anagrama, la que envió su novela a concursar en el s Rómulo Gallegos, porque ni siquiera le llamó para comunicarle que estaba compitiendo y mucho menos para felicitarle. Se enteró por otros. De ahí la sorpresa, e incluso ahora con el premio en las manos siente que todavía vive un sueño hecho realidad.