Muere Grande Covián, el divulgador de la nutrición
El bioquimico asturiano encontró hace 40 años la relación de la dieta con las enfermedades cardiovasculares
El mayor divulgador de la ciencia de la nutrición. Así fue definido ayer por algunos de sus colegas el científico Francisco ande Covián, que falleció de madrugada en la madrileña Clínica de la Concepción el mismo día que cumplía 86 años. Grande Covián se preocupó especialmente de la divulgación, tras su vuelta a España en 1975 después de su jubilación en Estados Unidos, donde llevaba trabajando desde 1953, de las ventajas de la dicta mediterránea, el papel de las vitaminas y la falsedad de los regímenes milagrosos. Éstos fueron sus temas favoritos en los últimos años. Antes de esta etapa más popular de su vida hubo una trayectoria científica a lo largo de varias décadas con aportaciones importantes a la relación entre dieta y enfermedades cardiovasculares.
Una cardiopatía isquémica fue la causa de la muerte de Francisco Grande Covián. Ángel Martín Municio, presidente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, destacó ayer que "sus excelentes condiciones humanas y su personalidad hicieron más fácil que contribuyera a la alfabetización científica del país y, además, hizo más científica la especialidad de la nutrición". Para su amigo, el endocrinólogo José Luis Rodríguez Miñón, de 86 años, "su biografía debía ser casi libro de texto, para que la gente joven vea que el camino de la investigación es uno de los más bellos que tiene la rnedicina". Gregorio Varela, catedrático emérito de Nutrición y principal colaborador de Grande Covián, dijo ayer: "Era el hombre más bueno y más listo que he conocido, dos cualidades juntas poco icomunes". Su libro Nutrición y salud, publicado en España en 1988, ha alcanzado una gran difusión.El Ayuntamiento asturiano de Colunga, donde nació Grande Covián en 1909 y donde volvía a menudo, decretó ayer dos días de luto. El Ministerio de Educación y Ciencia, por su parte, anunció un homenaje en su memoria que coincidirá con el inicio del curso académico.
Fatigado
"Ingresó el pasado día 19 en la unidad coronaría con edema agudo de pulmón", dijo ayer Jerónimo Farré, cardiólogo de la Clínica de la Concepción (Fundación Jiménez Díaz). "Se encontraba muy fatigado las últimas semanas. Cuando recibió hace días el honoris causa ya fue en silla de ruedas. Al principio valoramos si era posible una intervención, pero comprobamos que tenía las arterias muy deterioradas", informa Rosana Torres.
En la Clínica de la Concepción (plaza de Cristo Rey) per manecerá abierta hoy, de 10.00 a 13.00, la capilla ardiente de Grande Covián. Después sus res tos serán incinerados en Madrid. Grande Covián estaba casado con Gloria Mingo, y tuvo dos hijos, Gloria y Francisco. Durante su estancia en Estados Unidos obtuvo la nacionalidad de ese país. Era doctor honoris causa por las universidades de Santiago de Compostela (1970), Oviedo (1981), Politécnica de Madrid (1984) y por la Autónoma de Madrid desde el pasado 6 de junio. También era miembro fundacional del Colegio Libre de Eméritos, ex presidente de la Fundación Jiménez Díaz, Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio (1983) y académico de honor de la Real de Medicina (1994).
Ayer, su discípulo y médico personal, Pedro Mata, de la Fundación Jiménez Díaz, recordaba a Grande Covián en los últimos años no sólo como paciente, sino también como impulsor de la investigación en nutrición y enfermedad cardiovascular y como comunicador. Desde su regreso a España, tras su prolongada permanencia en EE UU, creció su popularidad fuera de los ambientes científicos como divulgador de los temas de nutrición, sensibilizando a la población a favor de una dieta moderada y equilibrada. "Le gustaba hablar a la gente y hacerse entender", recuerdan sus allegados.
El pasado mes de enero se agravó, la descompensación cardiaca que sufría. La familia decidió el traslado desde Zaragoza a Madrid, donde vive su hija Gloria, en los últimos tiempos.
Hasta el último momento, Grande Covián estuvo pendiente de sus charlas y cursos. "Incluso al final, cuando estaba desorientado y con cierta confusión, muchas de sus palabras eran como si estuviera dictando una conferencia", recuerda Mata. "Hablaba de las charlas que iba a dar, dé los cursos en la Universidad Menéndez y Pelayo en Santander y estaba decidido a luchar hasta el final, a defender su idea de la prevención de la enfermedad cardiovascular a través de la dieta".
Como científico, Grande Covián hizo, junto con investigadores estadounidenses, el primer estudio que relacionaba consumo de grasa animal con los niveles de colesterol, destaca Mata, especialista en este tema. "Ellos propusieron, hace más de treinta años, que a través de la dieta se podían prevenir o disminuir los niveles altos de colesterol y, por tanto, el desarrollo de enfermedades cardiovasculares", dice el médico. "Es un concepto fundamental de la enfermedad cardiovascular", continúa, "y Grande Covián fue un pionero".
Asturiano aficionado a comer bien, buen gourmet, "defendió siempre que se puede comer de todo con moderación; él decía que no hay ningún alimento excesivamente bueno ni ninguno excesivamente malo... Y creo que él hacía lo que predicaba", comenta el médico que le ha cuidado, en los últimos tiempos.
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