Contaminación, turismo y erosión acorralan al Mediterráneo

"El Mediterráneo es un mar que muere. Se ha convertido en una cloaca". Es una frase del escritor croata Predrag Matvejevic, que fue empleada ayer en Roma por la Agencia para el Desarrollo Sostenible del Mediterráneo (Ecomed). La Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) también lanzó desde la capital italiana un mensaje de socorro sobre los peligros que acechan a este cerrado mar. Las voces de alarma se han multiplicado estos días con motivo de la reunión, la próxima semana en Barcelona, de todos los países ribereños para revisar el Convenio de Barcelona, firmado hace 20 años.

El Mediterráneo está colonizado por 300 especies tropicales, ensuciado por los residuos tóxicos de 60 grandes complejos industriales y 650.000 toneladas anuales de petróleo -de las que 100.000 se convierten en alquitrán en las playas-, tomado al asalto anualmente por 317 millones de turistas y sometido a la erosión en un tercio. Es el balance de Ecomed de la degradación del Mare Nostrum.España, Francia e Italia, según esta agencia, causan las tres cuartas partes de la contaminación que desde tierra va a parar a este mar. El Adriático norte ostenta el récord de, carga contaminante. La erosión afecta especialmente a Italia y Albania, con la mitad de sus costas en peligro. En España, el caso más grave está en el delta del Ebro, con una pérdida de costa de 10 metros en 20 años. Los autores del informe subrayan la escasa superficie mediterránea protegida -el 3%-. Entre las especies colonizadoras, que amenazan a las autóctonas, destacan el alga asesina (Caulerpa Taxifolia), las almejas filipinas y el salmonete del Mar Rojo.

La FAO también difundió ayer un mensaje de SOS, centrándose en la decadencia de los caladeros, en descenso constante en los últimos cinco años. La anchoa y el Jurel son las especies que han registrado caídas más fuertes. La FAO llama la atención sobre la contaminación causada por los vertidos desde buques y desde las poblaciones costeras, las aguas residuales sin depurar y la escorrentía agrícola. Heiner Naerve, responsable de la FAO para los efectos del medio ambiente en la pesca, señaló: "Los problemas que se presentan en el mar Mediterráneo son la contaminación y los riesgos para la salud derivados de comer marisco o bañarse en el mar, las especies marinas que están perdiendo sus hábitat ante el desarrollo del turismo y la introducción de especies intrusas".

La FAO dedica buena parte de su análisis a la eutrofización (enriquecimiento de las aguas con nutrientes que produce sustanciales modificaciones en el hábitat marino y proliferación de algas), que han hecho desaparecer 15 especies de moluscos y tres de crustáceos. El empleo masivo de fertilizantes en agricultura es uno de los orígenes de esa nefasta eutrofización.

Convenio de Barcelona

De cara a esa reunión del Convenio de Barcelona, los representantes de más de 50 organizaciones no gubernamentales mediterráneas de carácter ecologista, reunidos desde en la capital catalana, han reclamado a los gobiernos ribereños el compromiso de eliminar los vertidos tóxicos persistentes y bioacumulativos al Mare Nostrum en un plazo máximo de 10 años. Esta es una de la propuestas contenidas en una Declaración -llamada de Barcelona- que las ONG presentarán en la conferencia oficial. Para conseguir estos objetivos las ONG piden que los países europeos faciliten a los menos desarrollados los adecuados medios financieros y tecnológicos, informa Manuel Bustos.