Descubierto en Menorca un recinto funerario de hace tres mil años
Permitirá conocer el material genético de los primeros habitantes
El hallazgo casual efectuado por unos espeleólogos de Menorca de un singular yacimiento arqueológico, aparentemente intacto, datado hace tres mil años, puede aportar nuevas luces a la investigación sobre los pobladores de las complejas época y cultura talayóticas. Este periodo prehistórico es una fase de transición de la Edad de Bronce a la del Hierro, caracterizado por sus espectaculares monumentos de piedra: talayots y taulas. El dato más ponderado por los arqueólogos es la presencia en el yacimiento de seis motas diferentes de cabellos
El descubrimiento de un recinto funerario o ritual -subterráneo- no profanado posibilitó hallar en buen estado de conservación ajuares de cerámica, diferentes conjuntos de semillas, útiles de madera y bronce y objetos de uso personal y decorativos. La pieza más singular, desde el punto de vista artístico, es un peine de madera en forma de murciélago.El dato que más han ponderado los arqueólogos es la presencia en el yacimiento de seis motas diferentes de cabellos humanos, guardadas en canutos. Ello hace suponer que se podrá conocer el material genético de los prehistóricos habitantes de Menorca, mediante el estudio del ADN. Asimismo, en la cueva existen abundantes restos óseos humanos y esqueletos de animales de especies, ya desaparecidas.
La Cova des Cárritx, en Ciutadella de Menorca, quedó sin entrada posible a causa de un derrumbe rocoso en su cornisa frontal, que ocurrió hace entre dos mil y tres mil años. El enclave fue así sellado a nuevas ocupaciones o destrucciones, hasta que dos excursionistas detectaron semanas atrás un hueco difícilmente accesible, hasta ahora no explotado.
La ubicación exacta del recinto funerario descubierto permanece en secreto para evitar la destrucción del entorno del yacimiento o el expolio de sus materiales.
Buen estado
El conjunto de los objetos encontrados presenta un muy buen estado de conservación: cerámicas, botes de madera, canutos de troncos, huellas en arcilla de sus antiguos usuarios, pectorales guerreros, ofrendas mortuorias, hasta los restos de las hogueras han permanecido protegidos por el microclima de la caverna. Esta ha estado casi tres mil años sin recibir la visita de los hombres. La cueva tiene diversas cámaras, hasta 170 metros de profundidad desde la entrada.
El Consell de Menorca se ha reservado la presentación del descubrimiento, y su arqueólogo, Simón Gornés, cree que "se trata del hallazgo de mayor trascendencia en la isla de Menorca durante el siglo XX". Los espeleólogos Pere Arnau y Josep Márquez realizaron el hallazgo.
En los últimos días, diversos especialistas de universidades españolas y extranjeras han sido consultados para conocer su criterio sobre el conjunto del hallazgo y también saber cuál es la mejor forma de conservar la madera, las semillas y los cabellos humanos una vez extraídos de su microclima cavernario. La cueva no ha sido excavada. únicamente se han retirado aquellos elementos más frágiles que estaban en la superficie.
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