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Comienza la cumbre de la ONU sobre la pobreza en uno de los países más ricos

El problema del desempleo será uno de los ejes del debate de la reunión de Copenhague

Gabriela Cañas

Uno de los países más ricos del mundo, Dinamarca, es la sede de la primera Cumbre sobre Desarrollo Social, que comienza hoy con objetivo de reducir la pobreza y las desigualdades en el mundo. La reunión, a la que asisten 130 jefes de Estado o Gobierno, constatará el fracaso del modelo actual de desarrollo, y la necesidad de abrir líneas de actuación con un denominador común: su globalización. Porque no es posible, cree la ONU, mantener políticas económicas de espaldas a los problemas sociales. Incluso los ricos no consiguen librarse de la pobreza, del desequilibrio social y, por supuesto, del desempleo.

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Las distancias entre países ricos y países pobres se han acrecentado. Las diferencias entre la gente rica y la pobre -incluso dentro de un país desarrollado-, también. El mundo destruye cada día un área forestal equivalente a un campo de fútbol. De las 5.600 millones de personas que habitan en el planeta, mil viven "en un estado de pobreza absoluta", 120 millones de personas están en el paro y 700 millones en el subempleo.Es la situación de partida de esta cumbre, planeada por la ONU desde 1992, y que va a centrarse en tres temas prioritarios: reforzar la integración social, reducir la pobreza y promover el empleo. Tres grandes áreas en las que se incluirán muchos aspectos, como el derecho a la educación, a la sanidad o la no discriminación de la mujer. Principios todos ellos que se estancarán en matices aparentemente insustanciales y, sobre todo, en los puntos financieros.

Uno de los retos más urgentes que ha de solventar esta 1 Cumbre sobre Desarrollo Social es el llamado acuerdo 20120. Este punto quedó pendiente en la Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo (septiembre de 1994), y es, cómo no, una cuestión de dinero. Se trata de arrancar el compromiso de que el 20% de las ayudas que los países ricos envían a los pobres se destine a programas sociales y, a su vez, los países que reciben tales ayudas se comprometan a dedicar el 20% de su presupuesto nacional a estas mismas cuestiones. No hubo forma entonces de conseguir este compromiso.

"No es sólo una cuestión de que los países ricos no quieran comprometer esa parte de sus ayudas" explica la ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi. "En ocasiones son los mismos países receptores los que no quieren vincularse al acuerdo".

Sea como fuere, en El Cairo fue imposible firmar el acuerdo y allí se decidió pasar la patata caliente a Copenhague. Ni siquiera en un foro más pequeño, el formado por los 15 países de la Unión Europea, se pudo llegar a un acuerdo a este- respecto en su reunión de la semana pasada, aunque se esperaba llegar a una posición con unta para hoy mismo, tras las reuniones previas de este fin de semana en Copenhague.

Acuerdo revolucionario

"Según los datos de la ONU, sólo el 7% de las ayudas de los países donantes se destina a desarrollo social", explica Ignacio de Senillosa, de la organización Intermón y miembro de la delegación oficial española en la cumbre. "Si se firma este acuerdo será una auténtica revolución".

El dinero seguirá hurtando tiempo al debate de fondo de la cumbre algún día más, cuando surja la siempre espinosa cuestión de la deuda. En este asunto, la Unión Europea acepta por unanimidad el principio de intercambiar deuda por desarrollo social, lo que es una práctica ya utilizada que, sin embargo, ahora tomará carta de naturaleza. Frente a tal unanimidad, la última reunión del 27 de febrero acordó que cada miembro de la UE acuerde bilateralmente la condonación o forma de pago de su deuda pendiente con terceros países. Es la primera vez, como recuerda Ignacio de Senillosa, que un documento de la ONU incluye la posibilidad de condonar la deuda externa.

La defensa del derecho de las mujeres será su otra gran aportación, con una postura firme y avanzada frente a países que fomentan la ablación del clítoris o el derecho a la propiedad privada, debates que ya provocaron enconadas polémicas en El Cairo.

El Vaticano, sin embargo, se ha apresurado a declarar su público apoyo al documento que va a debatir la ONU. De esta manera, parece quedar descartado el boicoteo que lideró el Estado Vaticano contra puntos clave de aquella cumbre relativos a los, derechos reproductivos de las mujeres o a la información sexual para los jóvenes; temas que se tocarán en Copenhague, pero que no serán fundamentales.

Menos ideología

Según el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Vals, "en El Cairo los problemas sociales se trataban sectorialmente, de forma reductiva y a veces fuertemente ideologizada", informa Efe. En esta ocasión, según Navarro Vals, "se afrontan los problemas de forma global y audaz y no condicionados por sistemas ideológicos".

El espectro de esta cumbre es tan amplio que incluso las propias organizaciones sectoriales de la ONU están haciendo llamamientos para que ésta trate con mayor profundidad sus respectivos asuntos. Así, la Unesco pide que la educación tenga mayor presencia y la OMS ya se ha quejado del poco espacio dedicado a la salud.

El llamamiento más original ha sido hasta el momento el de Unicef, que ha invitado a todos los jóvenes del mundo a que conecten con la cumbre a través del sistema informático Internet para que los líderes del mundo conozcan los problemas de la infancia y la juventud. Unicef aconseja utilizar el sistema global de información World Wide Web. De no tenerlo, el mensaje se puede enviar por correo electrónico a UNICEFFWSS@ IGC.APC.ORG.

Paralalemente a la cumbre habrá una reunión de 2.400 Organizaciones No Gubernamentales (ONG), a la que se dirigirá expresamente Hillary Clinton en Copenhague, según informa Efe desde Washington. Los representantes de las 300 asociaciones españolas ya han hecho un documento de trabajo en el que apoyan los puntos del programa de la ONU, pero piden ir más allá en los planteamientos financieros.

Los ciudadanos daneses acogen el encuentro mundial con una fuerte dosis de escepticismo. Los resultados de una encuesta publicada por el diario liberal Politiken lo confirman. Sólo el 15% de la población del país anfitrión estima que la cumbre puede contribuir a reducir la indigencia en el mundo, informa Efe. Aún más negativo es el 30% que considera que los líderes mundiales darán "falsas esperanzas" al Tercer Mundo y el 46% para el cual el encuentro no cambiará la situación mundial. Incluso hay un 2% que pronostica abiertamente que las cosas van a empeorar después de la cumbre.

Una nueva era

. Los organizadores de la Cumbre de Desarrollo Social creen que ésta puede abrir una nueva era. "Hasta ahora, las conferencias eran sectoriales, pero esto ahora es imposible porque todos los problemas del mundo son interdependiente?, explicaba recientemente Jean Fabre, portavoz de Desarrollo de la ONU. "El modelo de desarrollo actual no funciona porque la pobreza atraviesa las fronteras".La ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, que encabezará la delegación española en Copenhague, cree que esta cumbre va a intentar plantear "modelos capaces de distribuir equitativamente la riqueza". "El crecimiento económico no ha terminado con la pobreza; al contrario, ha generado más marginación, más riesgos ecológicos y más precarización del empleo".

Para Cristina Alberdi, las señas de identidad es que abogará por un nuevo concepto, el de fa seguridad humana en un mundo en el que la solidaridad se ha acrecentado gracias a la globalización de la información. "Después de la guerra fría, velar por la seguridad de las naciones no tiene tanto sentido", explica. "Hay que luchar por la seguridad del ser humano y, sobre todo, por los más desfavorecidos".

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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