La portavoz de HB en el Ayuntamiento condena el atentado por exigencias de dignidad y de conciencia
Begoña Garmendia, portavoz de Herri Batasuna en el Ayuntamiento de San Sebastián y diputada del Congreso por Guipúzcoa, optó ayer por quitarse la mordaza y criticar públicamente el asesinato de su compañero de corporación Gregorio Ordóñez, "a título personal", según dijo, "y cumpliendo con lo que me exige mi conciencia humana y mi dignidad política". Frente a esta actitud, el parlamentario de la coalición abertzale Karmelo Landa rechazó el pleno extraordinario del Parlamento vasco en el que se condenó el atentado y señaló que estas convocatorias "son una condena contra un sector amplio de la sociedad, vasca que sólo aumentan la confrontación y no solucionan absolutamente nada".
"Gregorio Ordóñez era probablemente el adversario más contundente de cualquiera que fuese abertzale o progresista en el marco de la institución del Ayuntamiento y del Gobierno de la ciudad, pero como adversario político debía de ser combatido con armas políticas y en el marco de una confrontación política", afirmó la concejal donostiarra de HB en su voluntaria comparecencia ante los medios informativos desplegados en el Ayuntamiento de la ciudad.Con voz clara y serena, Begoña Garmendia, abogada de 37 años, nacida circunstancialmente en Lucena (Córdoba) y actualmente embarazada de su primer hijo, leyó un escrito que ella misma. presentó la víspera a la Mesa Nacional de HB, evidentemente sin éxito, en el que manifiesta su "total desacuerdo" y su "más firme rechazo a este acto". Tras "lamentar profundamente la muerte de Gregorio Ordóñez y mostrar su voluntad de expresar "con toda sinceridad mi condolencia a sus familiares y allegados", Garmendia afirma que "este atentado se caracteriza como una intervención de carácter armado en el campo de la lucha político-institucional, circunstancia, a mi entender, absolutamente rechazable".
Al rechazo moral a un asesinato del que no descarta otra autoría distinta a la de ETA, la concejal de HB sumó igualmente su crítica política por el hecho de que el atentado sea "un elemento distorsionador de una coyuntura en la que la actividad política y social era ocupada por la investigación en torno a la trama de los GAL" y constituya "un paso atrás ante cualquier estrategia de carácter negociador o de diálogo".
Su declaración pública, saludada por concejales de otros partidos como "la única alegría de este día tan negro", fue contestada con el silencio por el resto de los corporativos de HB, Joseba Álvarez, Jooseba Permach, José Giménez y Josean Urkiola. En su comparecencia ante los medios informativos, la diputada por Guipúzcoa dijo que, aunque como concejal acataba el comunicado de la Mesa Nacional, "como militante de HB y como persona he querido dejar clara cuál es mi postura".
A preguntas de los informadores manifestó que, en principio, no tiene intención de dimitir, si bien añadió a continuación que "todo político tiene la dimisión en su mente". La postura de Begoña Garmendia es, sin duda, compartida por algunos de los dirigentes de su formación, pero sólo ella optó ayer por proclamar públicamente lo que otros también comentan en sus círculos de confianza.
El lehendakari José Antonio Ardanza expresó su deseo de que la actitud "valiente" de Begoña Garmendia suponga un punto de referencia para otras personas que se encuentran dentro de HB y les instó a tener la valentía de seguir los pasos de la concejal' aunque, según dijo, "desde dentro muchos les acusen de traición".
El presidente del PP, José María Aznar, también se refirió a las declaraciones de Garmendia: "HB tiene una gravísima responsabilidad en los atentados de ETA. Si esta declaración [en referencia a Garmendia], hecha a título personal, sirve para que haya otras declaraciones, aunque sean también a título personal, de otras personas de HB, bienvenidas sean".
También el ex diligente de HB Txema Montero habló sobre el atentado, que supone, según dijo, "un auténtico test interno para ver quiénes siguen siendo amigos, después de un salto cualitativo como es éste, de atentar contra un político exclusivamente por el hecho de serlo".
El parlamentario navarro Patxi Zabaleta, otro de los dirigentes de la coalición que en los últimos tiempos parece no coincidir con los planteamientos de la Mesa Nacional -recientemente rechazó encabezar la lista a las próximas elecciones y pidió una tregua de ETA-, aplazó una conferencia que iba a pronunciar el jueves sobre el futuro de la. izquierda abertzale porque, según dijo, no se dan en estos momentos las "condiciones objetivas".
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