González no relaciona el 'caso GAL' con el asesinato
Felipe González no se anduvo por las ramas. El "espantoso" asesinato de Gregorio Ordóñez, líder del PP en Guipúzcoa, es la expresión "quizás de la forma más salvaje de fascismo que ha vivido España", afirmó ayer en el salón de autoridades del aeropuerto de Bucarest, nada más iniciar su primer viaje oficial a Rumania. El presidente del Gobierno no cree que haya relación entre la reapertura del caso GAL y este asesinato aunque precisó: "Ninguna especulación sobre ETA es válida"."Por lo menos hay alguien que se salva de eso", dijo González al conocer la reacción de la portavoz de HB en el Ayuntamiento de San. Sebastián, Begoña Garmendia, que se desmarcó de su coalición condenando el asesinato. "Imagino que ha sentido la repugnancia que han sentido mucho ciudadanos", añadió.
Guardias civiles
González se esforzó por dar imagen de normalidad al llegar a la capital rumana. Preguntado sobre la crisis política y la especulación contra la peseta respondió escuetamente: "Creo que se va a calmar". Precisamente para dar esa sensación de normalidad el presidente ha mantenido el viaje oficial a Rumanía.
Poco después de su llegada, González recibió en la residencia del embajador de España a dos decenas de guardias civiles, la mitad del contingente destacado en Ruse, una localidad búlgara a 80 kilómetros de Bucarest, desde donde vigila en el Danubio el cumplimiento del embargo al que está sometida Serbia por Naciones Unidas.
"En democracia, no hay vuelta atrás", afirmó Felipe González a los dirigentes rumanos intentando animarles a seguir adelante con las reformas políticas y económicas que en Rumania han sido hasta ahora mucho más tímidas que en los demás países del Este de Europa. En la cena que le ofreció anoche el primer ministro rumano, Nicolae Vacaroiu, González instó a sus anfitriones a "afrontar decididamente el futuro, rechazando toda tentación de retomar las vías del pasado".
"En España somos conscientes de los esfuerzos realizados por Rumania para conseguir un' Estado de derecho (... )", prosiguió González. Para ayudar a los políticos rumanos les habló de la transición española en la que se desarrolló "una cultura del pacto y del consenso que hizo posible la resolución de los problemas (...)". Nada parecido ha sucedido hasta ahora en Rumania.
Por lo demás, reiteró el apoyo de España a la voluntad de Bucarest de integrarse en las organizaciones europeas y euroatlánticas, como la OTAN, con mayor razón cuanto que existe "un vacío creado por la desaparición de las estructuras anteriores". Ahora bien, hizo hincapié en que "la seguridad no es divisible y no sería positivo marginar a algunos países admitiendo a otros en las estructuras de seguridad occidentales".
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