El concejal decía que "o había escolta para todos o para ninguno"

María San Gil, secretaria de Gregorio Ordóñez, que se encontraba con éste cuando fue asesinado, reveló ayer que él pensaba que "o había escoltas para todos o no la había para ninguno", dado que todo el pueblo vasco está amenazado por ETA. "Él decía", relató la secretaria a la cadena COPE, "que era un ciudadano normal de la calle, que si luchaba por una cosa tenía que dar ejemplo, y que si los demás ciudadanos no iban protegidos, él tampoco, aunque sabía que corría mucho riesgo"."Vi la pistola en su cabeza porque le tenía enfrente. Es lo único que vi. Y pensé: 'Vaya broma macabra para hacérsela a Gregorio...' Hasta que me di cuenta de que no era una broma. Vi al etarra y fui detrás de él", relató María San Gil, una de las personas con las que almorzaba.

La secretaria recordó también que en el momento del atentado estaban hablando de las próximas elecciones municipales. "Él estaba muy contento porque todo iba muy bien y había muy buenas expectativas. Gregorio Ordóñez iba a conseguir aquello por lo que tanto había luchado: la alcaldía de San Sebastián, que es para lo que trabajaba 18 horas al día sin parar", dijo.

Poco antes de que el pistolero, etarra asesinase a Ordóñez, había entrado en el bar La Cepa otro joven aparentando vender algo, según han declarado varios testigos. Con esta estratagema, intentaría supuestamente confirmar que el político estaba en el local y comprobar el sitio donde se hallaba.