La mortalidad y la pobreza aumentan en el Este europeo, según Unicef

La transformación de los países del Este de Europa, en economías de mercado está teniendo costosas consecuencias para la salud de los ciudadanos, según un informe del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), que señala que entre 1989 y 1993 la mortalidad ha crecido en 800.000 casos "extras", especialmente entre los hombres de 30 a 55 años.

Las enfermedades del corazón, las muertes violentas, los homicidios y los suicidios están en el origen de esta nueva amenaza, que castiga especialmente a Rusia, Ucrania y los países del sur.

Para colmo de males, en estas sociedades que han visto cómo en poco tiempo ha crecido la pobreza, el desempleo, la emigración, el divorcio, el desamparo y la desesperanza, han vuelto a surgir las llamadas "enfermedades de la pobreza", incluyendo las infecciosas, las parasitarias y las nutricionales. En Rumania se ha producido un aumento del 44% de casos de tuberculosis, mientras que la difteria ha aumentado en un factor 26 en Rusia y 50 en Ucrania.

Este informe, titulado Crisis de la mortalidad,, salud y nutrición, el segundo que publica el fondo sobre esta región, culpa a la pobre infraestructura estatal y a la calamitosa situación medioambiental, agravada por la transición.

Una buena noticia, sin embargo, es que la mortalidad infantil sólo ha crecido en cuatro países de los nueve estudiados (Albania, Bulgaria, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Polonia, Rumania, Rusia y Ucrania) y la mortalidad de los menores de cinco años ha descendido incluso en aquéllos donde ha aumentado en cifras globales.

Carmen Garrigós, responsable de los programas de Unicef en favor de los niños de Ruanda, aprovechó ayer una breve estancia en Madrid para agradecer al pueblo español la ayuda prestada a Ruanda, informa Europa Press. "España es el país donde Unicef ha recaudado más en todo el mundo procedente de particulares, empresas e instituciones", confirmó ayer Luis Rodríguez, director gerente del comité español de Unicef.