Jane Fonda, una embajadora doble

A. C.Jane Fonda, la estrella del cine y reina del aerobic, y también embajadora honoraria de la ONU, no teme a los integristas islámicos que, hace apenas dos semanas, acabaron con la vida de un niño español. Prueba de ello, es que se ha unido, junto a su hija Natalie, al tropel de 14.000 delegados, miembros de Organizaciones No Gubernamentales y periodistas que han aterrizado en la capital egipcia.

La actriz visita barrios pobres y confraterniza con refugiados etíopes y sudaneses situados en algunas centros a los que ha contribuido la generosa ayuda de la cooperación norteamericana. Una cooperación que invierte en este país, desde 1975, 850 millones de dólares (cerca de 110.000 millones de pesetas) al año. De ellos, unos 3.100 millones han sido, hasta ahora, destinados a programas relacionados con la salud, planificación familiar, educación y medio ambiente. De hecho, la tasa de natalidad ha bajado en Egipto de 4,3 hijos por mujer en 1988 al actual de 3,9. EE UU destina el 75% de toda la ayuda internacional que destina Egipto a planificación familiar.

Además, con su paseo por las ruinas de Luxor, Jane Fonda se ha convertido en una importante valedora de los planes de las autoridades egipcias para no dejarse escapar la oportunidad de la conferencia para restablecer la confianza en el turismo, su principal fuente de divisas, ahora ahuyentado por el terrorismo islámico. El ministro de Información egipcio, Safuat el Sharif, ha recalcado que la conferencia ofrece la "de promocionar las capacidades culturales, políticas y turísticas" de su país, donde la ocupación hotelera está reducida a un 20%.

Para evitar incidentes que empañen el objetivo, la vigilancia de la policía es omnipresente. Según calculan los economistas egipcios, se espera que la conferencia deje en Egipto un maná, durante los nueve días de su duración, de al menos 78 millones de dólares (10.000 millones de pesetas). Hoteles, restaurantes y taxis han duplicado sus precios habituales para la ocasión.