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III CONFERENCIA SOBRE POBLACION Y DESARROLLO

Egipto acusa al Vaticano de querer dirigir el mundo y bloquear la cumbre con el aborto

La Santa Sede consigue el apoyo de 17 países en su posición frente al aborto

ANA CAMACHO ENVIADA ESPECIAL, La cumbre del aborto. Así dicen que acabará pasando a la historia, a pesar suyo, la conferencia de la ONU sobre población de El Caíro, ya sean partidarios u objetores del Programa de Acción que ayer entró en su tercer día de debate. "Es frustrante", manifestaban ayer varios representantes de delegaciones oficiales. La mayoría le echa la culpa al Vaticano, y le han plantado cara en un frente común. Hasta el punto de que ayer el Gobierno de Egipto acusó a la Santa Sede de querer dirigir el mundo y dudó de la buena fe de la delegación del Papa para llegar a un acuerdo.

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El ministro egipcio de Población, Maher Mahran, fue tajante y dijo en conferencia de prensa que el Vaticano debería ceder ante el deseo de los Estados que representan a más de 5.000 millones de personas: "¿Gobierna el Vaticano el mundo? Si el Vaticano gobierna el mundo, si el mundo es un solo país y el Vaticano es el jefe, entonces vale. Pero aquí todos somos partes iguales. Respetamos al Vaticano, respetamos al Papa, pero no aceptamos que imponga sus ideas. Si no van a negociar, ¿por qué han venido? Aquí estamos representando a 5.000 millones de personas, y no a 190 (personal del Vaticano), que además tienen una tasa de crecimiento cero".La desesperación ha llegado hasta tal punto que un delegado de Zambia comentó harto: "La paciencia tiene un límite". Y los representantes de países liberales como Suecia y Noruega comentaban que ya estaba bien de ceder ante el Vaticano y abogaban por volver al texto inicial.

Abucheos a la Santa Sede

Aún más. En este diálogo de sordos, la exasperación ya ha producido un primer episodio de abucheos. Le tocó aguantar el chaparrón a los representantes del Vaticano. Agotados por las sesiones maratonianas que están imponiendo las tortuosas disgresiones sobre términos semánticos de un único párrafo del documento, varios delegados se desahogaron con pitadas cuando, a última hora del martes, el representante de la Santa Sede frustró de nuevo sus esperanzas de lograr un acuerdo. Entonces, parecía que se había llegado a un acuerdo sobre cómo redactar el artículo del aborto; sólo Argentina, Eslovenia y el Vaticano ponían pegas. Pero el Vaticano se movió como nunca y consiguió que ayer por la mañana ya hubiera 17 de los 182 países presentes en la cumbre -latinoamericanos sobre todo- alineados con él y opuestos al consenso, que partía de las conciliadoras propuestas de la UE y Pakistán. Finalmente, y ya al borde de la desesperación, se decidió dejar el espinoso asunto del aborto en un grupo específico de trabajo, para que el grueso de las delegaciones aborde otros temas. El viernes se votará el controvertido párrafo sobre la interrupción del embarazo. Y ya no habrá cabida para nuevas disgresiones. Sólo se podrá decir sí o no, explicó el representante holandés y presidente del comité, Nicholas Bealgman. El texto se refiere ahora al "aborto en malas condiciones como un problema de salud pública" y deja claro queno puede concebirse nunca como un método de planificación familiar. Nada. Ni por ahí pasa el Vaticano. "Es muy frustrante; si seguimos así, la conferencia se convertirá para la historia en la cumbre del aborto, un tema de menor importancia frente a las cuestiones sobre el desarrollo y la planificación planteadas por el programa de acción para eliminar la miseria en el Tercer Mundo lamentó el holandés.

Retraso de lo importante

Otros delegados expresaron su impaciencia especialmente por el retraso que sufrirá el análisis de los puntos contenidos en capítulos situados después del controvertido octavo, y que pondrán sobre la mesa la responsabilidades de los países del Norte en la miseria que afecta a 1.000 millones de personas en el mundo.

"El Programa de Acción plantea temas cruciales como son la necesidad de cambiar la naturaleza de la cooperación internacional o la imposibilidad de seguir adelante con el actual modelo de desarrollo", decía ayer Ignacio de Senillosa, miembro de la delegación española y jefe de estudios de Intermón, una de las principales organizaciones no gubernamentales para el desarrollo españolas. "Si siguen así las cosas, no quedará mucho tiempo para este tipo de debate" añadió.

El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, aclaró ayer: "Desde un primer momento estamos aquí dispuestos a colaborar para lograr un consenso universal en estas discusiones cruciales sobre la vida y la muerte

El jefe de la delegación vaticana, el arzobispo Renato Martino, abogó para que el documento final haga más hincapié en los métodos naturales de planificación y en que la principal responsabilidad ha de recaer en los padres no en los Estados. Y terminó: "La responsabilidad exige barreras, disciplina y automoderación".

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