Los intempestivos heraldos de la España negra
La UIMP inicia en Santander un ciclo sobre el mito hispano por excelencia
La tensión entre tradición y vanguardia, entre reacción y modernidad, y también el destino de "los intempestivos heraldos de la negrura hispana" afloraron ayer en la sesión inaugural del seminario La España negra: pasado y presente de un mito artístico, que se dictará a lo largo de esta semana en la Universidad Internacional Menédendez Pelayo de Santander, bajo la dirección del crítico de arte y ex director del Museo del Prado, Francisco Calvo Serraller. Con este foro se inician, en palabras del rector de la UBW, Ernest Lluch, una serie de actividades entorno a la generación del 98.
El seminario que sobre la España negra acaba de inaugurarse es en verdad apetitoso. Tras la Intervención mencionada de Calvo Serraller nos esperan contribuciones no menos importantes y globalizantes, porque no sólo la pintura y la literatura mamarían de ese estado de tinieblas el que nos sumimos al perder el imperio; también el cine. Por eso, junto a Cela, Villena, Barnatán y Mayrata, Junto a Calvo y a Ivars -director del Instituto Valenciano de Arte Moderno- se anuncian las pláticas de dos directores cinematográficos penetrados por la visión solanesca de España: Luis G. Berlanga y José Luis García Sánchez. Es una pena -lo es en general, y también aquí- que Luis Buñuel esté muerto.Remontándose a los orígenes de la España negra, y siguiendo la línea de tinieblas -"Sería esa España residual que se resiste a la modernidad y que divide a los españoles"-, Calvo Serraller declaró que "quizás sería la hora de iluminar lo negro", para lo cual trazó un rico itinerario, desde el precursor Francisco de Goya, y los no menos proféticos Ribera, Velázquez y Zurbarán. Del descubrimiento a cargo de los románticos franceses -empezando por Victor Hugo y siguiendo por Baudelaire-, que también retomaron con pasión la España profunda, quizás huyendo del desencanto que les producía su propia modernidad, Calvo Serraller condujo a su auditorio, a través de seleccionadas citas: "La generación acumulativa del 98", según Vicens Vives, que consideraba que en nuestro país los problemas no se resuelven, sino que se amontonan; y, sobre todo, el crítico de arte -a caballo entre el 98 y el 27- Moreno Villa, quien dijo que un cosa es la España negra y otra mucho peor "la negra España". Crítica y poesía caracterizarían a la primera, mientras que la segunda tiene en la "mera sensualidad, en el mejor de los casos, y la bobería en los restantes" sus adalides. Es decir, entre Gutiérrez Solana y Sorolla. Entre el espíritu inquieto y la suave complacencia.
Hay, según Calvo Serraller, en esta tensión entre tradición y modernidad, un sino que señala a todos los artistas que, al acometer lo moderno lo hacen de una forma extraviada: "La búsqueda se produce a tientas, palpando en lo negro, que no es sólo una simple oscuridad física, sino angustia psicológica, la propia_de quien ha de hundir las manos en el caótico lodazal de lo primigenio".
Bajo el signo de Saturno, el dios de lo oscuro, de los artistas y de la melancolía, esos artistas se desgajan de la corriente y, precisamente por ello, hunden sus raíces irremediablemente en su, tiempo: de Goya a Picasso, de Velázquez a Buñuel: posiblemente no hay otros artistas que hayan convertido lo español en temática tan recurrente de su obra, como aquellos que supieron iluminar eligiendo las tinieblas.
Al final y fuera de la conferencia, preguntado sobre si ve hoy en día reflejada en la realidad esa tensión entre la España negra / crítica y la sensual / bobalicona a la que se refería Vives, Calvo Serraller sonríe: "No se ve la primera; la segunda estaría representada por los críticos bobos, a los que todo les parece estupendo". Porque, como dijo también, "hemos pasado de ser antimodernos a ser de una modernidad rampante".
Babelia
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