El Festival de Vídeo de Vitoria se cierra con calidad sin innovación
Concursaron 69 filmes de creación musical
La IX edición del Festival de Vídeo Musical de Vitoria concluye hoy, tras el fallo del resultado en sus vertientes de clip musical, videocreación e infografía. Entre los favoritos están Juanma Bajo Ulloa (Barricada), Gustavo Martínez (Amistades Feligrosas), Manolo Gil (Kojón Prieto) e Iñaki Elola (Bap). A juicio de los críticos, el festival ha ganado en calidad, aunque la innovación visual sigue ausente. "Se trata de vídeos promocionales" declaró ayer Manuel Palacio, director del festival, "que se acercan al arte al disfrutar de un lenguaje con más licencias de expresión".
Al certamen han concurrido 69 cintas de las que 27 procedían del País Vasco y Navarra, 20 de Madrid, 12 de Cataluña, y 10 de otras comunidades autónomas. En el capítulo de vídeo creación han sido muy bien acogidos una cinta producida por Canal + de Isabel Coixet, y los trabajos de KoIdo Aguinagalde y Luis Lamadrid, al igual que la obra infográfica de Lourdes Figueruela.La novena edición del festival se ha desarrollado en plena transformación de sus habituales medios de difusión, como la televisión, y en medio de un debate sobre su propia definición. Para Manuel Palacip, "los clips musicales ante todo son promocionales y, por lo tanto, son publicidad. Sin embargo, existe una gran permisividad que hace posible el radicalismo visual, y ahí reside su acercamiento al arte". En su opinión, la libertad de montaje, ángulos, objetivos y ciertas excentricidades son bien acogidas por su público, "acercando los clips al arte".
Marginación televisiva
La televisión ha pasado del bombardeo de los vídeoclips, programados a en todas las franjas horarias, a su casi total marginación, relegándolos a los programas especializados. La obligación de pagar unos derechos de autor por las emisiones ha acelerado la transformación de la televisión como canal casi exclusivo de difusión del vídeoclip, y su conversión en un medio más, junto a la venta de las cintas en formato de videocasete, o la proliferación de la tecnología multimedia que permite reproducir sonido e imagen a través del ordenador. "Es cierto que se ha acabado la exclusividad de la televisión", dice Palacio, "pero eso no ha hecho que baje la producción, con lo cual parece evidente que el mercado no se ha resentido".Este año, la novena edición del festival ha contado con un 20% más de cintas a concurso que en 1993, y las multinacionales y discográficas independientes han aumentado sus inversiones en clips promocionales durante el bienio de la crisis en España.
"Quizás aquí se note más que estamos en una plena transformación de este mercado, aunque en los países anglosajones hay ya una fuerte tradición de toda una serie de productos musicales con imágenes destinados a los jóvenes", explicó Palacio. "Me refiero a los dibujos animados de grupos, o programas específicos que acaban siendo rentables, porque los chicos tienen un segundo televisor en su habitación y se confeccionan sus propios menús".
Babelia
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