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El 'Grupo de los Cien' acusa a Japón de comprar votos para poder cazar ballenas

Escritores, artistas y científicos piden a México que encabece la defensa de los cetáceos

Un importante colectivo de escritores, artistas y científicos de Estados Unidos, Europa, México y el resto de América Latina, el llamado Grupo de los Cien, hizo ayer un llamamiento a las autoridades mexicanas para que encabecen una iniciativa tendente a evitar el exterminio de las ballenas. El llamamiento va unido a una denuncia contra Noruega y, sobre todo, contra Japón, país al que acusa de estar comprando votos de países pequeños para que se reabra la veda. México será sede en mayo de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que ejerce el control de los cetáceos.

Escritores, científicos e intelectuales como Gabriel García Márquez, Octavio Paz, Laura Esquivel, Lester Brown, Thomas Lovejoy, Peter Raven, Homero Aridjis o los directores de cine Alfonso Arau y Oliver Stone, entre otros, advierten que, pese a la protesta mundial que supuso en 1982 la veda de la captura comercial de cetáceos, varios países reanudaron en 1986 esta práctica, disfrazándola de "investigación científica", e ignorando los repetidos llamados de la CBI para que cesaran dichas capturas."Noruega, como país miembro de la CBI, desafió la moratoria global y en 1993 cazó ballenas minke para venta comercial", indica el Grupo de los Cien en esta denuncia. "A pesar de su intención de vender la carne sólo domésticamente, Noruega trató de vender de contrabando varias toneladas a Japón y Corea del Sur", agrega.

Capturas en el Antártico

El Grupo de los Cien, que tiene su sede en México, denuncia que la supervivencia de las ballenas se ha visto severamente amenazada por la contaminación de los ecosistemas marinos; el aumento de la radiación ultravioleta, que se filtra por el agujero de la capa del ozono sobre la Antártida; el cambio climático y sus efectos, la propagación desmedida de algas tóxicas, la sobrepesca y la mortalidad a gran escala en las redes de arrastre. "Cientos de miles de cetáceos, grandes y pequeños, perecen cada año por estas causas", se asegura.En este sentido, el citado colectivo de intelectuales, artistas y científicos, le pide a México que rechace "sin ambigüedades" el llamado Procedimiento de Manejo Revisado (PMR), un plan que se supone se intenta presentar a discusión en la reunión que la CBI celebrará en Puerto Vallarta (México), el próximo mes, y que tiene como fin establecer cuotas de captura para apaciguar la ira de algunos países tradicionalmente balleneros que están en desacuerd6 con la veda.

El llamamiento a México en ningún momento supone recriminación contra este país, que primero en 1971, con la creación del santuario de la Laguna Ojo de Liebre, y después en 1988, con el santuario del Desierto del Vizcaíno, ha creado la reserva de la biosfera más grande de América Latina.

Según el Grupo de los Cien, cada año los barcos balleneros japoneses matan aproximadamente 300 ballenas en el Antártico bajo un programa de investigación dirigido por el Gobierno de Tokio con el pretexto de "reunir información sobre la composición de las poblaciones de ballenas". Japón, según se recoge en la denuncia de este colectivo, ha comprado abiertamente los votos de pequeñas naciones del Caribe como Dominica, Granada, Santa Lucía y San Vicente y Las Granadinas, dentro del CBI, para que se restablezca la caza comercial de ballenas.

En otro momento de su denuncia, el Grupo de los Cien advierte que las amenazas ambientales deben ser analizadas con más énfasis en los debates relacionados con el futuro de los cetáceos y exige al comité científico de la CBI que emprenda estudios serios sobre este tipo de amenazas. Una de ellas sería la invitación de expertos mundiales en degradación ambiental de ecosistemas marinos a este tipo de reuniones balleneras.

El grupo se opone también a las tesis de países donde históricamente ha aflorado la industria ballenera para justificar el sacrificio del animal más grande del planeta asegurando que es una tradición nacional matarlo: "Hay tradiciones aberrantes: Japón y Noruega deberían ser conocidos en el mundo por su cultura y no por ser enemigos de las ballenas. Nada va a pasar a los japoneses y a los noruegos si dejan de comer carne de ballena. En algunas zonas costeras pobres de México la tradición era comer carne y huevos de tortuga marina y, sin embargo, el Gobierno mexicano decretó la veda total a la matanza de quelonios en 1990", advierte este colectivo.

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