Los arqueólogos investigan en secreto la gran necrópolis visigoda hallada en Carabaña
Un equipo de arqueólogos de la Comunidad de Madrid y de la Universidad Autónoma lleva un año trabajando con sigilo en la enorme necrópolis visigoda (por el momento, más de 200 tumbas) descubierta en Carabaña (1.100 habitantes). El hallazgo se ha mantenido en secreto para evitar saqueos, según reconocieron en el Gobierno regional. Sin embargo, la Comunidad tardó en interesarse. El consejero de Cultura, Jaime Lissavetzky, mandó a los arqueólogos tras encontrar en su despacho una calavera que le había remitido el alcalde de Carabaña.
El alcalde de Carabaña, José Pérez, de Izquierda Unida no sabía qué hacer en 1992 con las gigantescas piedras pulidas que salían de los terrenos que rodean el pueblo. "Desde hacía años aparecían en el campo objetos muy raros. No sabíamos cómo proceder. Nos imaginábamos que se trataba de un yacimiento arqueológico, pero nadie nos orientaba. Así que decidimos vallarlo", explicaba ayer junto a las históricas tumbas.Las primeras pesquisas encargadas por el municipio indicaron que podría tratarse de una necrópolis. "Unos decían que era musulmana y otros romana, así que le llevamos algunas piezas a un especialista de Arganda que las catalogó como visigodas".
Sin embargo, en la Comunidad no hacían el menor caso recuerda el regidor. "Por eso, le enviamos al consejero de Cultura, Jaime Lissavetzky, envuelta en una bolsa de plástico, una de las calaveras descubierta. Al poco tiempo, aparecieron los arqueólogos de la Comunidad de Madrid".
Las primeras catas efectuadas por los investigadores, que contaron con la colaboración de la Universidad Autónoma, fueron espectaculares. Se descubrieron 30 tumbas y se determinó la existencia de otros dos centenares más. En el interior de cada nicho aparecieron esqueletos que correspondían a individuos de gran altura.
"En algunas encontramos hasta dos restos. Nos emocionó hallar los esqueletos de una mujer y su bebé abrazados", recuerda el inspector municipal, Luis Cercano. Los arqueólogos determinaron que los cuerpos descubiertos vivieron en tomo al siglo VII después de Cristo.
El director general del Patrimonio, Miguel Ángel Castillo, rebajó ayer la importancia que el alcalde da al hallazgo: "Hay otras necrópolis más destacadas [que no más grandes] en la región. De todas formas, en la próxima campaña de prospecciones, Carabaña se convertirá en nuestro yacimiento estrella".
El mayor yacimiento
El medievalista y miembro del Instituto de Estudios Madrileños Manuel Montero considera que "se trata del mayor yacimiento en número de tumbas de la provincia. Las necrópolis de Alcalá y Daganzo son sensiblemente inferiores en cantidad".Según el arqueólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Luis Caballero, "hay que tratar con mucho cuidado este hallazgo. La extensión del cementerio puede ser debida al paso de muchas generaciones, no al tamaño de la población cercana. Determinar la importancia del yacimiento requiere muchos años de estudio".
Sin embargo, nadie había dado publicidad hasta el momento a estos trabajos. El alcalde asegura que la Comunidad decidió emprender los trabajos hace más de un año "con completo sigilo" y desde entonces se trabaja con la boca cerrada. Los responsables de la Consejería de Cultura reconocen su discrección. "No es bueno dar publicidad a este tipo de descubrimientos", comentó Miguel Ángel Castillo.
Flores petrificadas
Por el momento, los objetos hallados son escasos. Dos anillos de bronce, algunas hebillas y broches son los principales objetos de uso cotidiano desenterrados. También se ha efectuado un curioso hallazgo: una tumba cubierta por lo que parece un ramillete de flores petrificado.Actualmente el yacimiento está rodeado por una alta verja metálica. Es vigilado por la Guardia Civil y la policía local. "Hace un año [en noviembre pasado], unos desaprensivos se llevaron algunas piezas, pero fueron detenidos. No queremos que vuelva a pasar. Tenemos, además, algunos sistemas de seguridad más que no voy a detallar", comenta el alcalde de Carabaña.
En aquella ocasión, la Guardia Civil efectuó tres detenciones. Se descubrió que unos vecinos de pueblos cercanos y personas llegadas de otras provincias habían llevado a cabo el saqueo de algunas tumbas. Se pide para ellos penas de prisión de seis años y medio y una multa de más tres millones.
Los investigadores buscan ahora la ciudad que acompañaría al cementerio. "Está claro que los visigodos enterrarían a sus muertos cerca del núcleo urbano. Los expertos dicen que la ciudad de Caraca tenía que estar cerca de aquí", comenta el alcalde.
Según el director general de Patrimonio, "Caraca es, posiblemente, un mito. El concepto de esta ciudad entraría dentro del romanticismo arqueológico. No se puede asegurar que Caraca sea Carabaña"
Manuel Montero Vallejo recuerda: "Caraca ya aparece mencionada durante las guerras celtibéricas. Se trataría de una gran ciudad fortificada situada en el eje formado por los ríos Tajuña, Tajo y Jarama. No existe ningún dato que desmienta que Caraca no pueda ser Carabaña, pero hasta los trabajos definitivos todo son suposiciones".
La momia del párroco y la visita del III Reich
En Carabaña han acaecido extraños sucesos. Hace medio siglo aparecieron grandes piedras pulidas que nadie era capaz de identificar. "El párroco se interesó. Encontró un cuerpo que catalogó como momia, mientras el médico efectuaba sus investigaciones. Nadie les prestó atención", recuerda el alcalde, José Pérez.Sin embargo, en 1942, el III Reich llegó al pueblo. "Vinieron unos individuos que decían ser de la Universidad de Colonia. Dijeron estudiar el origen de la raza aria. Se llevaron algunos objetos. En ese momento no entendimos nada". Hace 10 años, otros expertos extranjeros pasaron por Carabaña. "No sabemos lo que se llevaron", termina Pérez.
Los visigodos fueron, con los ostrogodos, los integrantes del grupo étnico de los godos. En el siglo V, provenientes del norte de Europa, iniciaron el desmembramiento de Roma. Tras diversas derrotas, retrocedieron hasta Galia. Acosados por los romanos cruzaron los Pirineos. Fueron derrotados en 711 por los musulmanes en Guadalete. Los hispanorromanos acabaron absorbiendo a los invasores.
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