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Los antecedentes de la revuelta

La guerrilla de los setenta y los ataque del pasado mayo, preludio de la sublevación en el sur de México

En Ocosingo, donde el Ejército mexicano acabó con la guerrilla de los primeros años de la década de los setenta, el denominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) dio muestras de su presencia 19 años después, en mayo de 1993.En febrero de 1974, los rebeldes agrupados en las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) fueron disueltos en este municipio, según datos de la Procuraduríá General de la República (PGR). Los alzados que perdieron en ese momento son los que ahora adiestraron a los jóvenes. Esos que enseñaron el Padrenuestro y el Avemaría, los viejos catequistas, hicieron lo propio con la lucha armada. Un indio tzotzil lo confirmó a La Jornada: "Ellos nos invitaron a sumamos al Ejército Zapatista la madrugada del 1 de enero".

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A principios de los años setenta, los rebeldes tendrían entre 20 y 25 años y sus centros de operación estaban en los Estados de México, Nuevo León y Chiapas. Cuatro años más tarde, el procurador general, Pedro Ojeda Paullada, informó de la captura de un total de 17 guerrilleros de las FALN.

El funcionario explicó que "los conspiradores" fueron detenidos en tres "madrigueras" en Monterrey, Ocosingo y Nepantla. En esta última estalló un tiroteo en el que murieron cinco rebeldes.

La policía encontró archivos, planes de trabajo, emisoras de radio, armas cartuchos, vehículos robados y documentos falsos, tales como cartillas del Servicio Militar Nacional, permisos de conducir y credenciales del Sindicato de Trabajadores de la Educación. Se practicaron las primeras detenciones; que permitieron acceder al, segundo centro de operaciones de la guerrilla,. en Nepantla" Estado de México.

Las investigaciones concluyeron que los "conspiradores" buscaban la integración de "redes urbanas" en Puebla, Villahermosa y Monterrey. Siri embargo, les resultaba más importante crear una "red rural" en Ocosingo (Chiapas), en un rancho llamado El Diamante, que servía como centro de entrenamiento para tácticas de guerrilla.

. Según las versiones oficiales del 20 de febrero de 1974, los elementos de la PGR llegaron al rancho, pero no encontraron resistencia de los activistas, "quienes se dieron a la fuga".El último reducto

La policía halló archivos, antecedentes de los aspirantes a ingresar al FALN y fotografías. La cabecera del municipio de Ocosingo pareció ser el último reducto de la guerrilla encabezada por el FALN en los años setenta. En ese momento se tenía la seguridad de que no habría más ranchos como El Diamante.

Diecinueve años más tarde, en mayo-junio de 1993, apareció otro grupo armado. El 31 de mayo, la Secretaría de la Defensa Nacional explicó que "personal militar del 83' Batallón de Infantería, destacado en San Cristóbal de las Casas , resultó agredido "por un grupo de individuos que realizaba actividades ilegales". El saldo: tres soldados y un civil muertos y tres soldados heridos.

Se habló de un grupo armado de unas 40 personas que huyeron a la selva. El Ejército envió a Ocosingo a unos 3.000 soldados, helicópteros y tanquetas.

Los militares encontraron campamentos, rifles y escopetas estadounidenses y españolas, cartuchos nacionales, equipos de comunicaciones coreanos, receptores tailandeses, uniformes militares y botas. Los peritos dictaminaron: "EL armamento fue disparado y se encuentra en buenas condiciones de utilización".

El Ministerio Público Militar presentó ante la Procuraduría General de Chiapas fotografías con lugares de adiestramiento y de simulacro para ataque de tanques, áreas de deportes, cuevas de protección, sistemas de alarma, trincheras, centros de recepción de alimentos, almacenes de combustible y armamento. No hubo detenciones. Pero el Gobierno negó la existencia de grupos armados en Ocosingo.

Siete meses más tarde, el EZLN tomó esta cabecera municipal, en donde se han librado las más duras batallas con el Ejército mexicano. La guerrilla surgió en el mismo lugar donde las autoridades federales creyeron haberla exterminado en los años setenta.La Jornada.

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