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El Ejército reconoce que los zapatistas han derribado tres aviones y dos helicópteros

"No somos guerrilleros. Somos revolucionarios", reza una enorme pintada dejada por los zapatistas en una calle de San Cristóbal de las Casas antes de abandonar la ciudad. Replegado a la selva lacandona y a las aldeas cercanas, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional CEZLN) continuaba ayer su lucha contra el Ejército mexicano, al que ha ingflingido numerosas bajas, incluidos "tres aviones y dos helicópteros", según reconocía un comunicado oficial de las Fuerzas Armadas. Mientras, los bombardeos indiscriminados de la zona y las incursiones militares en diversos municipios han provocado el pánico entre la numerosa población indígena, que ha emprendido el éxodo en busca de refugio.

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El colegio Don Bosco de los sacerdotes salesianos, situado en un suburbio de San Cristóbal, acoge a la totalidad de los habitantes de la comunidad de San Antonio Los Baños. Después de dos días de deambular por las montañas, estos 120 indios tzotziles acudieron a la iglesia a buscar refugio de los bombardeos de la aviación federal que destruyó algunas de sus casas. Los salesianos no estaban preparados para recibir a sus inesperados huéspedes que han hecho del patio del colegio su albergue.Las mantas de abrigo escaseaban y las provisiones se acabaron el mismo viernes, aunque ayer contaban con la promesa de las autoridades regionales de proporcionarles maíz y frijoles (judías negras), la dieta básica de los "hombres de maíz", como Miguel Ángel Asturias bautizara a los descendientes de los mayas. Pese a las limitaciones, los refugiados prefieren la hospitalidad de los salesianos a la oferta gubemamental de albergue. Esto se explica porque la Iglesia ha sido la única entidad mexicana que ha reconocido desde siempre a los indígenas su dignidad de persona.

El tortuoso terreno y el miedo a eventuales ataques aéreos impidió la evacuación de San Antonio Los Baños de un anciano semiparalítico, a quien un grupo de jóvenes se turna para llevar alimentos. El viaje lo aprovechan también para dar de comer a los animales domésticos -gallinas y cerdos- que se vieron obligados a dejar en la aldea y que constituyen el único patrimonio de este paupérrimo grupo de indígenas.

Según diversas organizaciones de defensa de los derechos humanos, al menos mil indígenas han huido de sus aldeas por temor a ser víctimas del enfrentamiento entre miembros del EZLN y del Ejército. Especialmente las altas mesetas de la zona meridional del Estado de Chiapas, habitadas casi exclusivamente por tzotziles, se han quedado desiertas. Los indígenas se han refugiado en las montañas y las grandes ciudades: San Cristóbal de las Casas y Comitán.

El pánico se ha apoderado también de los empresarios de hostelería y comerciantes de Chiapas sobre los que se cierne la recesión económica que seguirá a este alzamiento insurgente. La crisis abierta por la huida de los turistas, la principal fuente de recursos de esta zona, ya se ha cobrado sus primeras víctimas, el despido de varios dependientes y empleados de hoteles.

Las cancelaciones masivas de reservas en la totalidad de los hoteles de la región puede provocar, según fuentes del sector, la supresión de un 50% de los puestos de trabajo. "Hasta el 31 de diciembre, el turismo era el motor de la economía regional. No sabemos como podremos sobrevivir sin visitantes", afirma el director de un hotel.

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