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La iglesia condena la actual política económica por causar una 'supervivencia miserable'

Un informe episcopal acusa a las multinacionales de precarizar el empleo

La Iglesia de España ha incoporado nuevas categorías a su catálogo de pobres. Ahora no son sólo los indigentes, marginados, toxicómanos o enfermos de sida. Los parados de larga duración sin subsidio o los jubilados con rentas insuficientes forman parte "de los nuevos pobres" de sociedad que consolida "una estructura injusta": dos tercios son ricos, o trabajadores con empleo estable, y el tercio restante, entre los que incluye a los desempleados sin subsidio, están condenados a una "miserable supervivencia". Así lo dice el informe La Iglesia y los pobres, que será hecho público por los obispos en 1994 y que acusa a las multinacionales de imponer la precarización del empleo.

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El informe, que comenzó a elaborarse en 1982 en el marco de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, que preside Josep Maria Guix, obispo de Vic, sostiene que los reajustes sociolaborales en los países desarrollados han generado nuevos rostros de pobreza. En España, donde hay tres millones de desempleados, las caras de la nueva pobreza pertenecen a parados sin subsidio, jubilados con rentas insuficientes, temporeros, agricultores modestos o braceros. Son, según el informe, consecuencia de la consolidación de lo que los obispos llaman la dualización del mercado de trabajo: los que tienen un empleo fijo y los parados o trabajadores en precario.La raíz de la pobreza, según los obispos, hay que encontrarla en el propio sistema socioeconómico, basado "en una concepción utilitarista y meramente funcional del ser humano" y no exento de mecanismos perversos, como la cultura del triunfo y el enriquecimiento a cualquier precio. "Nuestra sociedad", indica por ello, "se ha instalado tranquilamente en la injusticia". Pese a estas observaciones, los prelados no se muestran especialmente críticos con la política económica del Gobierno, indicando que es consecuencia del orden mundial y de la integración en la Comunidad Europea.

Lucro a cualquier precio

Es muy duro, sin embargo, con las empresas multinacionales que, "empujadas por el afán de lucro a cualquier precio y presionadas por la mutua competitividad, fomentan el trabajo en precario, que disminuyen los gastos sociales". El palo continúa: las multinaciones, según los obispos, "presionan a los gobiernos de la Comunidad Europea para que orienten en ese sentido su reglamentación laboral", siguiendo la lógica del capitalismo, sistema que es duramente criticado por la Iglesia si no tiene "rostro humano". Como consecuencia de todo ello, y ahora en pleno debate de la reforma del mercado laboral, el informe dice que "en España está creciendo de manera alarmante y desproporcionada el índice de contratos laborales eventuales". Ni siquiera la incorporación de las nuevas tecnologías, que "producen grandes beneficios a la sociedad", salen bien paradas, porque, a juicio de los prelados, provocan "drásticas reducciones de plantilla con despidos masivos y jubilaciones anticipadas".El episcopado, que siempre ha considerado el "paro forzoso como una de las lacras más graves de nuestra sociedad", advierte que un sistema económico "que llega a convivir y hasta transigir culpablemente con el cáncer del paro masivo y obligatorio", está gravemente enfermo. "La justicia social", indican, "exige que cada parado reciba un subsidio suficiente como para atender a sus propias necesidades y a las de su familia". Ahora bien, también tira de las orejas a los trabajadores. Unas veces, dice el texto, son holgazanes y buscan el escaqueo y otras no se caracterizan precisamente por el trabajo bien hecho y por intentar evitar lo que se ha llamado "la chapuza nacional", como dice el texto. Ha de mejorar, a juicio de los prelados, la productividad.

El informe sostiene, asimismo, que ha de producirse una redistribución más equitativa de la renta, que el sistema fiscal ha de ajustarse a Ias rentas reales", que los contribuyentes deben cumplir sus obligaciones con el fisco, al igual que las empresas. Los obispos, reunidos durante la semana pasada en Madrid, ya señalaron que el fraude fiscal o la simulación del paro alimentan la crisis económica. El informe exhorta a los responsables públicos a luchar "eficazmente" para eliminar "el ingente fraude a la Seguridad Social en la percepción injustificada del seguro de desempleo, con ocasión de la incapacidad laboral transitoria o la invalidez permanente".

El informe La Iglesia y los pobres sirvió de base para que, durante la plenaria celebrada la semana pasada en Madrid, los obispos españoles elaboraran el documento La caridad en la vida de la Iglesia, que analiza la actuación de la comunidad católica con los más desfavorecidos y exhorta, a adquirir un compromiso radical. Los obispos no aprobaron las dos primeras partes del documento, críticas con la política económica del Gobierno por crear dos clases de ciudadanos, unos con trabajo estable y otros con empleo en precario. El informe será publicado en 1994 por la Comisión de Pastoral Social con el aval de la Conferencia Episcopal.

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