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La 'limosna' de Asuntos Sociales

"Nada menos que 750 millones de personas viven en el Tercer Mundo en condiciones de pobreza, y de ellas 500 millones están en la miseria más extrema. Una tercera parte de los niños mueren antes de los cinco años de edad, y 40.000 mueren de hambre al día". El informe La Iglesia y los pobres, crítico con el Ministerio de Asuntos Sociales, porque, a su juicio, da como limosna lo que el Estado debe ofrecer por justicia, recoge las estadísticas de los organismos internacionales para señalar que la brecha entre el Norte y el Sur y entre los más favorecidos y los oprimidos es cada vez mayor en los países desarrollados. Por ello proponen la creación de unas Naciones Unidas que velen porque los movimientos de la economía internacional sean justos.A la macroeconomía, dicen, hay que oponer una macroética, supuestamente civil, algo que niega implícitamente la Veritatis Splendor, la última encíclica del Papa. "Cuando las empresas multinacionales, los bancos mundiales y los consorcios financieros de todo el mundo extienden sus redes de influencia por todo el mundo, necesitamos una nueva ética, concebida para esas macroestructuras de dimensiones planetarias". "La moral cristiana", añaden, "aún basándose en sus principios inmutables, puede y debe reformularlos para adaptarlos a las nuevas circunstancias de la época". "Se debería promover la creación de un foro internacional de carácter representativo, que tuviera autoridad para dirimir los pleitos y conflictos en los intercambios. económicos y comerciales de los diferentes países, como en lo político lo realiza la ONU".

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El informe, que llama a todos los católicos y ciudadanos en general a militar, sea en partidos, sindicatos o asociaciones, para que la democracia, que llaman formal, sea más real, critica asimismo a la Administración, particularmente por la existencia del Ministerio de Asuntos Sociales. "Consideramos que la mera existencia de un ministerio que se autocalifica de Asuntos Sociales es un contrasentido en los Estados llamados de bienestar social", dicen los prelados de Pastoral Social. Y lo es, a su juicio, porque "todo el gobierno y todos los ministerios deben trabajar por el bienestar social, y no dedicar uno como especializado en dar de limosna lo que el Estado debe ofrecer por justicia social en todos los aspectos y dimensiones de la vida del ciudadano y de la sociedad".

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